El equipo periodístico de El Contraste, ingresó de manera encubierta la mañana de este miércoles a la urgencia del Hospital Víctor Ríos Ruiz de Los Ángeles, donde pudo constatar un evidente colapso de pacientes en espera. La ley no nos permite fotografiar ni grabar el lugar, pero el recorrido nos permite describir una situación muy lamentable.

Camillas en los pasillos, personas de la tercera edad sufriendo de dolor y enfermos esperando por sus especialistas por más de 30 horas, fue parte de lo que pudimos recoger de boca de los propios enfermos. Para que usted se haga una idea, a las 9:30 de la mañana había 57 pacientes hospitalizados en la urgencia donde hay sólo 8 camas, es decir, 49 personas esperaban por una atención o intervención en la más absoluta indignidad.

Una de las mujeres nos cuenta que debe ser operada de vesícula y que tiene un gran dolor, pero que desde el lunes se encuentra a la espera y no ha sido revisada por un especialista. Prefiere irse a su casa, está cansada, no ha podido dormir como corresponde y cuando pregunta sólo le dicen «paciencia».

A unos metros se encuentra otra mujer, de 78 años de edad con problemas mentales, acompañada de su hija María. Nos cuenta que es de Monteáguila y que llegó el lunes con su madre caminando al recinto y que no le han suministrado ningún medicamento y pese a que en la pared dice que su régimen no incluye comida, un funcionario le trajo un pan con mermelada. Jamás le han conectado el suero.

Otro de los testimonios, cuenta de una paciente de 60 años que la noche del martes habría fallecido en los pasillos a causa de un infarto. No hay evidencias que haya una negligencia, pero lo que repiten los pacientes es la indignidad en que se encuentran. «Si tenemos que morir por alguna razón, no podemos estar nuestros últimos minutos en esta condición, si se supone que somos el mejor sistema del planeta como dice el ministro», sostiene una mujer que acompaña a su madre en la Urgencia.

Estar en ese lugar nos impacta. Incluso había un hombre diabético esperando por la amputación de sus piernas, llevaba dos días en ese pasillo sin atención digna, lo cual genera además del trauma de dicha operación una ansiedad y daño psicológico evidente.

Una orientadora camina por los pasillos y su rostro evidencia el colapso en que se encuentran. Otros médicos discuten por la situación que se encuentran. Es un caos total.

Toda esta imagen dantesca, hace reflexionar, porque no se condice con la noticia que se anunció con gran orgullo de la reacreditación hospitalaria en materia de «calidad y seguridad del paciente».

LA RESPUESTA DEL DIRECTOR: «No es el lugar para que un paciente esté hospitalizado«.

Tras la situación, El Contraste solicitó un pronunciamiento a Brian Romero, director del Complejo Asistencial de Los Ángeles, quien luego de reunirse con el jefe de la unidad de urgencia, respondió a las preguntas, indicando que «efectivamente hemos tenido durante el mes de enero, febrero y lo que va de marzo una alta demanda en la unidad de emergencia que no ha sido la típica a otros periodos estivales».

Agregó que «normalmente durante los periodos de verano, las consultas tienden a disminuir, cosa que no ocurrió durante este año y eso nos ha obligado a redoblar los esfuerzos para tener una atención lo más expedita y normal para nuestros pacientes. Han habido situaciones como el caso de hoy día, en el cual la cantidad de pacientes en la urgencia, ha excedido lo habitual y para eso nosotros tenemos establecidos una serie de mecanismos de poder reforzar nuestro equipos de urgencia y poder acelerar la disponibilidad de camas tanto en el hospital de Los Ángeles, como en la red asistencial».

«Las situaciones como las que usted describe (ver párrafos anteriores), hay que revisarlas de manera individual porque dada la misma contingencia, la ubicación en la cual están los pacientes pudiese no corresponder al tratamiento que se les está indicando, pero si está debidamente registrado en su ficha clínica y se están siguiendo las indicaciones que corresponden», aseguró.

Brian Romero, detalló que «lo que nosotros queremos hacer hoy día es un llamado a la comunidad a que nos colabore en el sentido que consulten en la unidad de emergencia cuando efectivamente sea necesario y para el resto de situaciones que no revisten una situación de gravedad, recordar que existen dispositivos en la red asistencial para las consultas de urgencias, están disponibles los SAPU, los SAR, y las urgencias de los Hospitales Familiares y Comunitarios».

Consultado frente a denuncias realizadas por funcionarios de forma anónima a El Contraste por funcionarios del Complejo, quienes aseguraron que los especialistas no bajan a atender como corresponde a los pacientes en la urgencia, Romero lo descartó con fuerza. «Eso no es así, quiero desmentirlo tajantemente. Los especialistas de nuestro establecimiento están trabajando en el complejo asistencial. Cabe recordar que cuando nosotros tenemos un aumento en los pacientes de la unidad de emergencia, quiere decir que las salas de los servicios clínicos se encuentran llenas y para la atención de esos pacientes que ya están en las salas, los especialistas tienen obviamente estar haciendo las atenciones ahí. Igual de todas maneras, está establecida una serie de rondas en distintos horarios del día, en el cual algunos especialistas de servicios clínicos también bajan a la unidad de emergencia para complementar las evaluaciones que hacen nuestros médicos y poder definir tanto el manejo o la hospitalización».

Respecto a cómo fiscalizan el proceso, sostuvo que «los casos particulares habría que revisarlos para ver si efectivamente no han sido evaluados y en lo que nosotros hacemos a diario, es que se nos informa tres veces al día como mínimo a todo el equipo directivo y a los distintos jefes de los centros de responsabilidad, la evaluación y la condición de los pacientes en la urgencia. Adicionalmente, como equipo, todos los días estamos en contacto permamente con el equipo de gestión de cama, con los equipos de urgencia, con los jefes de servicios clínicos para poder evaluar la situación en la urgencia como en el resto del hospital».

Sobre la dignidad en el trato a los pacientes, especialmente porque se encuentran acreditados en ese aspecto y muchos de quienes se encontraban en los pasillos, inclusos eran aseados en ese lugar frente al resto de los pacientes o simplemente limpiados con toallas húmedas por sus familiares, el director del hospital sostuvo que «la situación del aseo en la unidad de emergencia, responde a que no es el lugar para que un paciente esté hospitalizado. Si se trata de entregar la mejor calidad de atención posible, hemos estado reforzando elementos, como por ejemplo biombos ya que necesitamos resguardar la privacidad de los pacientes».

«La reciente acreditación en la calidad de los pacientes da cuenta de una serie de procesos al interior de todo el hospital. La situación contingente de la unidad de emergencia, es exclusivamente por la alta demanda que hemos tenido, la alta capacidad resolutiva que hemos tenido en el hospital y la brecha permanente de camas que se refleja en toda la red y que ha dado pie a que el servicio de salud esté trabajando en un nuevo hospital», reafirmó.

¿Qué va a pasar en invierno si ahora que es verano está colapsado?

Nosotros lo que hemos proyectado para el invierno es ir evaluando cual va a ser la capacidad resolutiva quirúrgica de nuestro establecimiento para ir disponiendo camas en razón de la demanda. Esto es una evaluación que se hace a diario constantemente y vamos tomando decisiones en función de lo que va pasando. Esperamos que la campaña de invierno tenga ciertas características bien particulares y por lo tanto estamos tomando las medidas necesarias para disponer de camas y recursos.