Un inusual hecho ocurrió el fin de semana pasado durante el desarrollo de la ya tradicional Noche Veneciana que se desarrolla en la comuna de Mulchén, en donde se realiza un desfile de carros alegóricos y un jurado elige al ganador. Fue durante este evento, que un grupo de ex funcionarias desplegaron un lienzo desde el puente en señal de protesta por los maltratos laborales que aseguran, se viven al interior del municipio.
Beatriz Gajardo, quien se desempeñó hasta junio 2019 como administrativa en la corporación edilicia, ha sido la principal vocera de los trabajadores y ex trabajadores que consideran que no se están respetando sus derechos laborales.
La afectada, relató que «el día sábado en la noche, nos reunimos a raíz que estamos sufriendo hostigamiento laboral y psicológico producido por la persona de confianza que tiene el alcalde, que es Christian Soto Aravena, director de Dideco».
«Tomamos un lienzo y lo colocamos para que vean que realmente nosotros somos pacíficos, no estamos haciendo ningún destrozo ni entorpeciendo nada, así es que lo colocamos en el puente en forma de protesta durante la Noche Veneciana, para que se haga sentir que nosotros estamos como funcionarios y ex funcionarios esperando que se tomen medidas y que no haya más abusos», aseveró Gajardo.
La mujer detalló que «independiente que nosotros nos fuimos, esperamos que no hayan más abusos hacia los trabajadores, en este caso mujeres, para que seamos valoradas y respetadas».
Mientras desarrollaban su acción, Beatriz relató que «en ese mismo momento subió rápidamente otra persona que tienen de confianza el alcalde, Cristian Cerro, quien nos trató de muy mala manera, nos obligó a sacar a gritos el lienzo, simplemente nos estaba dando una orden e inclusive estaba carabineros y él estaba pasando por sobre la autoridad, fue muy grosero, muy irrespetuoso. De hecho carabineros le pidió que se calmara para poder entablar una conversación y ver qué estaba sucediendo».
«Estaba la gente ahí mirando y lo vieron, él estaba agresivo, muy nervioso con carabineros y con nosotros», aseguró.
Sin embargo, más allá de ese momento de tensión, valoró la recepción que tuvo su manifestación pacífica en el resto de las personas. «Cuando nosotros tiramos el lienzo, recibimos aplausos y ahí sentimos que realmente nosotros estamos siendo apoyados, porque ya se ve en Mulchén lo que está sucediendo y con esto simplemente lo hacemos publico, ya no tenemos miedo, es lo justo, las personas deben trabajar tranquilas y no ser acosadas, ya que a pesar de las demandas sigue el hostigamiento laboral».
EL CONFLICTO
Beatriz Gajardo, contó que el origen de todo este conflicto radica en la llegada de los fondos destinados a los niños de la OPD, que simplemente no estaban.
«En la antesala del Concejo, llegó el director (Christian Soto) y nos increpó, nos grito, incluso salió el concejal Walter Guastavino y le dijo ‘por favor don Christian cálmese, porque nosotros estamos en reunión», pese a eso siguió gritando violentamente que saliéramos de la sala de concejo y le dijimos que no, que no estábamos haciendo nada malo que nosotros queríamos pedir las platas, en este caso para los niños. Además le escribimos una carta (al alcalde) explicando la situación, que ellos sabían y que no podía ser, pero ellos ni siquiera le hicieron un sumario, nada», señaló
Agregó que Christian Soto, «básicamente nos gritó una vez en la sala de concejo, no nos dejó ingresar a raíz de unas platas que nosotros pedimos por el programa OPD que no llegaban a los niños de la comuna y desde ahí se empezó a generar todo esto que fue creciendo como una bola de nieve y empezaron con gritos y amenazas, luego despidió al equipo completo de forma verbal».
«Después le explicamos la historia completa al alcalde, diciéndole que pasaba con esto y nos escuchó, pero no hizo nada. Entonces ya cansados, porque la verdad no hallábamos a quién recurrir, cuatro funcionarias decidimos realizar una carta al alcalde exigiéndole que tome medidas concretas, pero lamentablemente nunca nos respondió esa carta y a Christian Soto, en vez de castigarlo, de hecho ahora lo premia como secretario municipal subrogante», expuso.
La mujer relató que en este caso particular de las funcionarias, «hay dos que fueron obligadas a renunciar y hay tres más incluyéndome que demandamos a la municipalidad. En el fondo, no llegamos a tribunales porque negociaron conmigo, así que me indemnizaron. Yo terminé por demandar porque mi despido fue en forma verbal y yo exigía que me dieran algún documento que me dijeran que me desvinculaban y como no lo hicieron, finalmente me bajaron mi sueldo en 200 mil pesos menos, haciendo la misma cantidad de horas y haciendo exactamente lo mismo».
«Nosotros ya pasamos por este hostigamiento terrible, de sentirnos vulneradas y queremos que no siga pasando a las otras personas que están ahí dentro, esto sigue», dijo.
«Hay otras niñas que están ahí y que tienen que salir a hacer campaña política, que están obligadas porque si no, se van a fin de año en este caso, que vienen las elecciones [… ] cuando fue la campaña de Alejandro Guillier, una dijo que no iba y desde ahí empezó su hostigamiento, entonces lo que buscamos es que no les vuelva a pasar a otros funcionarios lo mismo que a nosotros, para que las personas trabajen en lo que saben hacer, en sus áreas y no haciendo campañas políticas ni nada de eso, para que trabajen tranquilas», concluyó.
Cabe indicar que El Contraste, solicitó un pronunciamiento al área de comunicaciones, sin embargo, hasta ahora no ha habido una respuesta.