La jornada de este martes será inolvidable para un grupo de 17 personas. Para todos quienes estuvimos en ese momento familiar, fue algo muy emocionante.
La historia comienza en 1952, cuando Blanca Luz Ormeño Riffo, de entonces 22 años, por razones que se desconocen, se fue al norte del país y nunca regresó. Al cabo de un tiempo, le envió una breve nota a su hermano Jorge – de ese entonces 14 años – con los datos. «Blanca Luz Ormeño Rifo, población Lautaro, calle Acén, casa N°34 (esposo: Domingo Flores) Antofagasta». Fue la última comunicación con ella. Él, por diversas razones, no pudo ir antes, hasta que perdió su rastro por completo.
Sin embargo, Jorge, jamás perdió la esperanza de volverla a ver o conocer a esa nueva familia que tuvo. Atesoró ese pequeño papel por más de 5 décadas décadas hasta este 10 de diciembre. Gracias a una idea que surgió entre los hijos que Blanca – ya fallecida – tuvo en el norte, la historia familiar y las dudas se despejaron.
Todo esto ocurrió a las 11:34 minutos en la primera Comisaría de Carabineros de Los Ángeles. Los uniformados, colaboraron diligentemente en realizar esta búsqueda que, en tiempo record, permitió que estos tíos, primos y sobrinos se estrecharan en un abrazo cargado de emociones.
Marco Antonio Flores Ormeño, uno de los antofagastinos que llegó a encontrar a su familia, contó a El Contraste, casi al borde de las lágrimas, la travesía que realizaron.
«Hoy regresamos a su tierra. Es como que nos están devolviendo a mi mamá en vida»
«Todo surgió como una idea de mi hermana mayor, de si podíamos venir a Los Ángeles a buscar a los parientes de mi mamá y así fue. Llegamos el sábado a un camping del Salto del Laja y de ahí vinimos a Los Ángeles. Habíamos buscado en Antofagasta algún antecedente, pero no encontramos la información. Nos dijeron que en un libro del Registro Civil en Los Ángeles podrían estar. Llegamos aquí y no nos dieron la información».
Agregó que ante esta frustración y casi por accidente, hablaron con un hombre que estaba esperando en el Registro Civil, que sin pensarlo fue clave para la investigación. «Conversamos con un caballero de unos 90 años. Dijo que se llamaba Juan Bautista y que conocía Los Ángeles como la palma de su mano. Le preguntamos por la familia de mi madre, los Ormeño Rifo, se tomó la cabeza y se puso a pensar y después nos dijo, hay unos Ormeño Rifo en Mulchén». Y así fue.
Con esa información llegaron a carabineros de Los Ángeles, quienes accedieron a buscar a la familia. Revisaron el sistema, recorrieron la zona y hoy, los reunieron.
El subcomisario de los servicios, capitán Ramiro Lobos, dijo que «la verdad es que es un reencuentro familiar bastante significativo, primero por la fecha, estamos a fin de año y cerca de Navidad, lo cual da realce a estos reencuentros, segundo, que no es menos importante que la mitad de la familia es de Antofagasta y la otra de la provincia de Biobío, lo que es una distancia significativa».
Sobre el trabajo que realizaron, expuso que «la reacción que tuvimos en carabineros fue muy rápido. Comenzamos en la mañana la búsqueda y en la tarde ya estábamos coordinados. Son varias décadas, donde ellos no se conocían».
«Independiente de la contingencia que está viviendo el país, también nos damos el tiempo para hacer este tipo de actividades, lo que emociona mucho, aunque uno lo vea de afuera», recalcó.
Luego de los abrazos con sus tíos y primos, Marco Flores, relató que «cuando eramos niños no sabíamos nada de los hermanos de mi madre, mi mamá era muy reservada, pero hay algo muy curioso. Nosotros que ahora sabemos los nombres de nuestros tíos, nos dimos cuenta que ella no quería sentirse sola. Tuvo 14 hijos, entre ellos yo, pero ella, probablemente para no olvidar sus raíces, nos puso a los nombres de sus hermanos y varias de mis hermanas se llaman como mis primos», contó.
«Hoy regresamos a su tierra. Es como que nos están devolviendo a mi mamá en vida», concluyó.
Finalmente, el encargado de la Oficina de Integración Comunitaria de la Primera Comisaría de Los Ángeles, suboficial mayor Pedro Venegas, señaló que «este momento es muy emocionante y que un tío haya llegado con un papel escrito por la señora Blanquita los marcará para toda la vida. Tienen que ponerlo en un lugar muy especial porque ese va a ser un gran recuerdo familiar».
«Siempre en estos momentos hay algo especial, algo que te llega. Yo he tenido la posibilidad de ver varios reencuentros y detrás de cada uno de estos momentos hay una historia y, como en el caso de ahora, que sobrinos y tíos se conozcan, les permitirá seguir comunicándose y ojalá que algún día se junten todos, porque son una familia muy grande», cerró el suboficial mayor.