Se mantiene la polémica por el proyecto que pretende reducir a 40 horas el horario de los trabajadores del país.
A nivel local presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Los Ángeles, Miguel Pezoa Reyes, se refirió a esta situación y al daño que asegura podría generar la denominada «inequidad horizontal».
Añadió que “todos queremos un país más próspero, con más y mejores oportunidades laborales, mejor calidad de vida, más tiempo libre para así compartir con nuestras familias, pero es en este último punto en donde se basan gran parte de los argumentos de quienes defienden este proyecto, pero sin realizar un análisis más profundo y acabado sobre este tema, que abarque las consecuencias que podría traer a todos, de una manera transversal y prescindiendo de ideologías”.
Para empezar, precisó el dirigente gremial, “debemos considerar la productividad y, ante esto, cualquier comerciante o emprendedor sabe que disminuir horas de trabajo significa hacer ajustes para mantener los niveles de productividad. Ante ese panorama, la solución más a la mano podría estar en contratar más personal, lo que implica un inevitable encarecimiento de los recursos utilizados para la producción y el posterior encarecimiento de bienes y servicios”.
Otra opción, precisa el dirigente, “podría ser invertir en automatización de algunos procesos, lo que evidentemente involucraría prescindir de algunos puestos de trabajo, transformándose en otro efecto negativo de esta medida, sumado al hecho que sólo la gran empresa podría optar por esta opción, ya que la Pyme no está en condiciones de realizar grandes inversiones”.
Así las cosas, a todas luces. este proyecto impactaría severamente a las Pymes, que es la que más empleos genera en el país. “Estas empresas tienen una estructura de costos compleja; es decir, trabajamos con un margen muy ajustado con el cual competimos con la gran empresa y, además, tratamos de generar un mayor valor agregado asociado a parámetros como la personalización y atención al cliente”, dice Pezoa.
Por tanto, para poder seguir cumpliendo con horarios de atención a publico o requerimientos específicos de sectores como el turismo y gastronomía, por ejemplo, “habría que contratar más personas aumentando drásticamente los costos, convirtiendo nuestro negocio en menos competitivo y, a la larga, poco viable en el tiempo”.
El dirigente agregó que “la gran mayoría de las Pymes no puede traspasar un aumento de los costos a los consumidores, por lo tanto son asumidos por ellas y, por ende, deben ser más eficientes y con márgenes más bajos. Es muy difícil. En cambio, las grandes empresas por su poder de negociación, que es mucho mayor, traspasan ese costo a sus consumidores”.
De esta forma, en las pequeñas empresas que cuentan con 2 o 3 trabajadores, reducir la jornada de trabajo implicaría contratar a una persona más, con el efecto antes descrito, o aumentar la jornada laboral del propio empresario o emprendedor, con el consiguiente costo en su vida personal y familiar.
DESCENTRALIZACIÓN
Para el presidente de la Cámara local también existe otro factor involucrado Y es que, añade, “los grandes tiempos de traslado hacia y desde el trabajo se concentran especialmente en la ciudad de Santiago, con lo cual se evidencia el gran problema sin resolver de nuestro país, que es el centralismo”.
Por lo mismo, agregó el dirigente, “se debiera dar un estímulo y medidas concretas para aumentar las inversiones en regiones y aplicar políticas efectivas tendientes a descentralizar, de manera de descongestionar la ya aglomerada región metropolitana. Así evitaríamos la migración de población que buscan mejores opciones de trabajo en la capital que es donde se viven los inconvenientes de las urbes congestionadas”.
Mención aparte, declaró, “es todo lo que tiene que ver con la reducción de la jornada laboral y las eventuales consecuencias que pudiera tener una medida como esta en aquellos colaboradores para quienes gran parte de su sueldo se construye a través de comisiones asociadas a la venta y la productividad. Todavía está en una nebulosa cómo pudiera afectar un cambio tan drástico como éste”.
Asimismo, añadió, que “aprobar el proyecto de 40 horas tampoco se condice con nuestro bajo nivel de productividad a nivel de la OCDE. Somos penúltimos y esto requiere de un análisis mucho más complejo y profundo como país”.
Finalmente, Miguel Pezoa dijo que una salida a esta contingencia suscitada en el mundo laboral “necesariamente debe pasar por incluir la opinión de los empresarios”.