El éxito que ha tenido el emprendimiento de Alejandra Ortíz Hernández, es digno de aquellos casos que se conocen en las grandes charlas para apoyar a los nuevos empresarios.
Un día, simplemente decidió decirle adiós a su trabajo donde se desempeñaba como ingeniera de alimentos y con un gran esfuerzo y tesón, sacó adelante su nuevo proyecto: Cervezas Huequecura.
En conversación con El Contraste, Alejandra contó que todo partió casi como una anécdota. En una conversación familiar surgió el tema y tras la insistencia de su marido, finalmente preparó el brebaje que resultó ser de gran nivel.
«El sacrificio termina siendo totalmente gratificante»
«Mi familia siempre me ha apoyado, al principio me dijeron ‘oye vas a renunciar a tu trabajo y te vas a dedicar la cervecería y no sabemos cómo es’ y yo dije, ‘estoy en un momento en que me están solicitando el producto y no puedo trabajar sólo los fines de semana, entonces si quiero que la marca se haga conocida y crezca tengo que dedicarme al 100%’, así que renuncié. Quedaron con la boca abierta, obviamente, pero ahora los resultados se están viendo bastante positivos»
Respecto al la creación de la cerveza, explicó que «en la universidad tuve un ramo de elaboración de cerveza, así que luego de conversar el tema con mi familia, me compré un equipo chico de 50 litros para empezar a probar, entre eso me empezó a gustar y a mis amigos también (ríe) y dijimos ¿por qué no? Sacamos un par de números, salía rentable, así que nos lanzamos el 2017″.
La emprendedora agregó que «la cerveza comenzó a tener bastante aceptación, hemos ido creciendo y de esos 50 litros pasamos a la actualidad, donde hacemos 2.400 litros mensuales y tenemos la idea de aumentarlo de aquí al próximo año con urgencia, porque la demanda de los clientes nos está llevando a eso».
En la actualidad, el producto se puede encontrar en diversos lugares de Los Ángeles, Santa Bárbara, Antuco y Quilaco, pero en un corto tiempo, ya estará en venta en toda la región.
«Estamos haciendo alianza con el Centro de Extensionismo de Logística en Concepción, los cuales nos han ayudado con todo el sistema operativo, a tener un software de producción para empezar a llevar la venta a Concepción», contó.
Así mismo, añadió que «hay otras alianzas por ahí con el Centro de Emprendimiento de Santa Bárbara de Colbún, con el cual estamos viendo la posibilidad de llevar el producto a Santiago».
Sin embargo, Alejandra tiene grandes ambiciones y su plan es llegar con el producto a distintos rincones del planeta. «Estamos participando en un nodo cervecero apoyado por Corfo el cual pretende juntar a todos los cerveceros de la región del Biobío con el fin de exportar cerveza en un corto plazo, que se demora dos años y que pretendemos abordar prontamente».
Consultada sobre si imaginó el éxito que tendría su emprendimiento, respondió que «jamás, tampoco pensé que en un momento iba a causar el impacto que está teniendo, porque el crecimiento ha sido rápido y en corto plazo, entonces, eso nos ha gratificado bastante y el apoyo de la municipalidad de Santa Bárbara ha sido también muy fundamental».
Sobre la clave para que el producto haya tenido estos resultados, confesó que «de partida la cerveza la preparo yo y no dejo que nadie más lo haga. La clave es que la persona que hace el producto no debe cambiar, porque ahí es donde mucha manipulación en la elaboración hace que la receta vaya cambiando constantemente, eso es uno, y segundo tener todos los cuidados sanitarios para mantener la calidad del producto».
EMPRESA SUSTENTABLE
El emprendimiento de Alejandra, no es sólo una cerveza, si no que tal como ella contó, busca generar identidad y también un ejemplo de desarrollo sustentable.
«Tenemos un enfoque hacia el lado turístico, con un tema de identidad local con la cerveza, por eso se llama Huequecura, resaltando el río que pasa por el sector donde nosotros vivimos y donde tenemos la cervecería y, además, tenemos un lado sustentable, porque la cerveza tiene un cálculo de huella de carbono que está realizado por una empresa externa que se llama Green Advice. Ellos determinaron este cálculo por los inventario e insumos con que se realiza el fin es disminuir esta huella, para lo cual hacemos con todos nuestros clientes – a los cuales les vendemos botellas – el reciclaje. Todos nuestros residuos que son orgánicos se pueden reutilizar para hacer compost o alimento para animales y además en la parte productiva se está trabajando en la reutilización de aguas para el proceso de lavado y ha hecho que esto le de otro enfoque», explicó.
Finalmente llamó a quienes tienen una idea de emprendimiento a arriesgarse y salir de la zona de confort. «Hay que atreverse, hay que saber que ello conlleva a un gran esfuerzo de dedicarse las 24 horas a eso, pero el sacrificio termina siendo totalmente gratificante», concluyó.