Tras la declaración de la alerta naranja para el volcán Villarrica, se han implementado diversas medidas en relación a perímetros de seguridad, evacuación, monitoreo y preparación ante una posible erupción.
Esto se ha producido debido al incremento de la actividad de este complejo volcánico, que ha llevado al Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) a elevar la alerta que se mantenía sin cambios desde diciembre pasado.
Este aumento de actividad se ha manifestado a través de un «incremento gradual de la energía y la frecuencia de las señales tipo tremor (asociadas a movimientos de fluidos)», lo que ha llevado a la emisión de indicaciones para reducir posibles afectaciones y situaciones críticas.
Como parte de estas medidas, se han suspendido las clases en las comunas cercanas y se ha ampliado el radio de seguridad a 8 kilómetros desde el centro del volcán.
Además, se ha implicado a los servicios de emergencia, monitoreo y control en llevar a cabo una vigilancia diaria para informar rápidamente sobre cualquier cambio potencial que pueda indicar una erupción inminente.
Desde la delegación presidencial regional, José Monsalva, ha informado que al menos 30 familias fueron evacuadas debido a que sus hogares se encontraban dentro de la zona de peligro. También se ha anunciado el cierre de parques y reservas nacionales hasta nuevo aviso.
El Sernageomin ha detallado que se han observado «explosiones estrombolianas que generan emisiones de material piroclástico de tipo balístico en la zona cercana al cráter, así como la dispersión de material fino».
Además, se ha registrado «incandescencia y detección de anomalías térmicas». Todo esto sugiere que el sistema volcánico ha entrado en una fase de mayor inestabilidad.
También se ha informado que los equipos de emergencia se encuentran en alerta máxima y están preparados para actuar rápidamente en caso de que sea necesario su despliegue.
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