Heladas en el Biobío | Contexto

Las bajas temperaturas que han marcado los últimos días en la Región del Biobío, con jornadas que incluso han registrado temperaturas bajo cero, han estado provocando serios estragos en el sector agrícola. Más aún con el congelamiento del agua y gotas de rocío, que pueden dañar a nivel estructural y celular.

Según explicó Lis Chávez Rivera, técnico agrícola y ganadero, las heladas representan una amenaza directa para los cultivos, afectando tanto a grandes productores como a pequeños agricultores, e incluso a quienes cultivan por hobby. El fenómeno abarca gran parte del país, en una época donde el principal punto de preocupación es la producción.

“El frío, al transformar el agua en estado sólido, impacta directamente en las células de las plantas, que están compuestas en un 80% por agua. Esto puede generar pérdida de flores, frutos, malformaciones, retraso en el crecimiento e incluso provocar la muerte de las plantas”, advirtió Chávez, en casos que han sido visibles.

Además, las heladas abren la puerta a enfermedades y plagas, provocando a corto y largo plazo graves problemas. “Las bajas temperaturas generan heridas o llagas en árboles y cultivos, lo que facilita el ingreso de patógenos que enferman las plantas, provocando la pérdida parcial o total de la cosecha”, detalló.

Dos tipos de heladas en el Biobío: un mismo problema

Chávez Rivera destacó que existen dos tipos de heladas: la helada blanca, que es visible y ocurre cuando el agua se condensa formando escarcha, y la helada negra, que es más peligrosa porque no se ve, pero causa un daño silencioso y profundo. “La helada negra no deja rastro visible de escarcha, pero su impacto en los cultivos puede ser devastador”, señaló.

En zonas rurales, donde predominan los espacios abiertos, las heladas afectan con mayor frecuencia y extensión. “En el campo, las heladas cubren hectáreas completas, a diferencia de la ciudad, donde las construcciones ayudan a mitigar un poco el frío”, agregó.

¿Cómo proteger los cultivos?

Frente a este escenario, la experta entregó diversas recomendaciones para enfrentar estas condiciones extremas, especialmente pensando en los pequeños agricultores que no cuentan con grandes recursos tecnológicos.

Reciclaje e innovación casera, usando elementos que se pueden encontrar fácilmente en todas partes o conseguir en puntos de reciclaje. “El chileno es ingeniero por naturaleza. Se pueden usar botellas plásticas para crear mini invernaderos y proteger hortalizas”. Adaptar sistemas de riego, es decir, si se tiene riego por goteo, este puede modificarse para transformarlo en riego por aspersión, lo que ayuda a proteger los cultivos durante la madrugada.

Otro punto importante es estar revisando y monitoreando diariamente el pronóstico del clima, lo que permite anticiparse a eventos de heladas y tomar medidas preventivas. Chávez también enfatizó la importancia de podar correctamente los árboles en esta época.

“Si las ramas tienen un grosor mayor al de un lápiz, lo ideal es proteger los cortes con una mezcla de pintura blanca y cobre, lo que ayuda a regenerar tejido y evita el ingreso de enfermedades”, explicó la profesional. Al podar, es fundamental desinfectar las tijeras entre cada árbol para no transferir patógenos de una planta a otra.

Un invierno exigente

Todo indica que este invierno será especialmente duro en la zona centro-sur del país. “Los pocos días que llevamos ya han sido bastante crudos. Lo primordial es cuidar los cultivos, que son un recurso vital para todos”, concluyó Lis Chávez Rivera, haciendo un llamado a la prevención y al ingenio frente a las heladas.

Con este panorama, la agricultura del Biobío enfrenta no solo una batalla contra el clima, sino también el desafío de adaptarse con soluciones accesibles y eficaces para no perder lo que con tanto esfuerzo se cultiva.

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