Daniel Iraira, es un conocido apicultor de la comuna de Santa Bárbara, que decidió postular al concejo municipal motivado principalmente por el cuidado del medio ambiente, ya que bajo ese concepto, asegura, no solo se podrá potenciar la economía del lugar, si no que además convertirse en una capital del turismo, el emprendimiento y la exportación.

Es por ello, que el microempresario de 39 años, busca desarrollar y motivar a que la «capital de la Miel», pueda reducir la huella de carbono, tal como ocurre en ciudades como San Antonio, que ya redujeron en un 35% su gasto energético tras un Acuerdo de Producción Limpia que involucró a 16 empresas.

El postulante al concejo, se encontraba en la capital, sin embargo, cuenta que se decidió a regresar porque la apicultura era lo suyo, no obstante, piensa que «la huella de carbono es todo el efecto negativo que inferimos en el medio ambiente como individuos, sistemas, instituciones o países».

Frente a ello, Iraira afirma que su comuna tiene potencial para ser un referente de desarrollo sustentable y que por eso decidió enfrentar un proceso como candidato a concejal de su comuna.

«Santa Bárbara con la Pandemia tiene más que ganar que perder, tiene un entorno fantástico rodeado por la cuenca del Huequecura que se puede aprovechar en su totalidad, y de manera sustentable. Falta que despertemos, que digamos ‘ya’ voy a vender mote con huesillo, voy a vender avellanas. Tienes toda una cuenca para trabajar, tienes todo un rio para trabajar”, aseguró.

Además, expuso que «hoy tenemos una comuna que puede ser agrícola pero veo más una identidad turística, que conviva pacíficamente con las actividades productivas. Veo que el rio debe ser nuestro eje central de desarrollo, y eso no quiere decir que no podamos tener más comercio, cajeros, negocios locales, estaciones de, sino que todo lo contrario. Esto podría ser muy similar al Barrio Inglés de Coquimbo».

PRODUCCIÓN LOCAL
El postulante, sostiene que las abejas son el eje central de la agricultura mundial, agregando además que el desarrollo de la apicultura necesariamente implica espacios arbóreos y flora propicia para reducir nuestra huella.

Es por ello, que insistió en que «debemos apoyar la economía familiar campesina. El que tiene trigo, árboles frutales, aporta un montón a eliminar nuestra huella, y en desmedro tenemos a esos irresponsables que no son capaces de llevar la basura devuelta cuando se divierten».

«Yo creo que visibilizando esos pequeños detalles, que a través de pequeños detalles, como apoyar a nuestros agricultores, emprendimientos ecológicos y cuidando nuestro entorno, podemos liderar un desarrollo sin precedentes para nuestra comuna y ser la capital del turismo en Biobío, más allá de los saltos del Laja», precisó.

Iraira además explicó que «esto que digo no es antojadizo, Santa Bárbara ya es la capital nacional de la miel, y bajo esta nueva propuesta queremos alcanzar un nuevo sitial, el cual está a nuestro alcance. Nuestros productos apícolas están en los principales mercados del mundo, especialmente en Europa, y eso principalmente se debe a la pureza de nuestro clima, y aquello es lo que debemos cuidar».

En ese sentido, para el ahora candidato es fundamental el mundo rural: «el huevo de campo, el tomate, la lechuga, la chuchoca, el mote, la harina tostada, la carne; son producciones locales que hay que cuidarlas y apoyarlas, porque aportan enormemente a nuestro ecosistema evitando fungicidas, insecticidas y neonicotinoides que afectan drásticamente el futuro que le podemos dejar a las próximas generaciones».

CIUDAD EJEMPLAR
Hay una motivación familiar en estas iniciativas, que Iraira cuenta como experiencias. «Lo inolvidable es el recuerdo de mis abuelos cuando estaba de vacaciones con ellos, cada verano, ellos sacando adelante todo lo que tuvieran en el campo para sobrevivir, y siempre cuidando la naturaleza».

«Quiero una comuna que también sea capital del Trekking, tenemos innumerables rutas que se pueden acercar a todo público, especialmente a nuestros vecinos. Quiero una ciudad para ellos, no sólo para los turistas, como sucede en otros lugares», comentó.

Asimismo afirmó que «me imagino una ciudad en donde nos nos volvamos locos para tener construcciones en altura, desarrollo no significa eso, una ciudad desarrollada tiene que ver con el entorno. Una ciudad desarrollada es una ciudad con mayores espacios para las familias de la propia comuna, donde el turismo no sea solo para los visitantes, sino que otrogue un mayor bienestar a sus habitantes durante los 12 meses del año».

Finalmente, Daniel Iraira concluyó que «hoy en día la ruralidad es desarrollo. Quiero que podamos sentir el privilegio de tener un medio ambiente donde se pueda escuchar a los pájaros cantar, y que puedan seguir cantando por siglos, y además con una economía vibrante».