Ante las diferentes situaciones que han ocurrido de seguridad en nuestro país, se ha abierto un nuevo escenario legal para el reconocimiento facial en Chile.
El reciente robo de una bebé de cinco días en el Hospital Regional de Temuco ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de reforzar la seguridad en los recintos públicos de Chile.
Este incidente ha reavivado el debate sobre la adopción de sistemas biométricos avanzados, una tecnología que está ganando terreno rápidamente en América Latina. Especialmente, en aquellos lugares donde la gran cantidad de público es constante.
Entendiendo la biometría
La biometría utiliza características físicas o conductuales únicas de las personas, como huellas dactilares, rasgos faciales, patrones de iris o voz, empleando algoritmos sofisticados y tecnologías como el aprendizaje automático para proporcionar altos niveles de seguridad y precisión en la verificación de identidades.
Javiera Sepúlveda, socia de Bitlaw, firma jurídica especializada en tecnologías digitales, protección de datos y ciberseguridad, explica que «los datos biométricos tienen un estatuto de protección mayor en nuestra legislación pues son considerados datos sensibles en la regulación de protección de datos personales»,
«Para que se entienda en palabras simples, este tipo de datos son los que se refieren a las características físicas de las personas y que permiten identificarnos unívocamente, como nuestra huella digital, el iris o nuestros rasgos faciales», agregó.
Primeras implementaciones
La Policía de Investigaciones (PDI) ya ha comenzado a implementar sistemas biométricos para la detección de personas con órdenes de detención o antecedentes policiales.
Este sistema no solo ayudaría en casos como el de Temuco, sino que también podría ser una herramienta valiosa para combatir otros tipos de delitos que afectan al comercio, como el fenómeno de los «mecheros».
Boris Barros, Gerente de Ventas Latinoamérica en Tessi, multinacional especializada en transformación digital y consultoría tecnológica, señala que «los sistemas biométricos pueden combatir eficazmente el robo en tiendas, al permitir la identificación rápida y precisa de delincuentes reincidentes».
Agregando la importancia de «estas soluciones integran reconocimiento facial y de huellas dactilares, ofreciendo a los comercios herramientas poderosas para prevenir robos y mejorar la seguridad».
El fenómeno de los «mecheros» y el robo hormiga
Los «mecheros», ladrones especializados en el robo hormiga en tiendas comerciales, representan una creciente preocupación para el sector retail. Según la Cámara Nacional de Comercio (CNC), el 89% de las empresas de retail consultadas afirmaron haber sido víctimas de robo hormiga en el segundo semestre de 2022. Este tipo de delito genera pérdidas anuales estimadas en US$ 122 millones para el sector.
La implementación de sistemas biométricos podría ser una herramienta efectiva para combatir este tipo de delitos, permitiendo una identificación rápida y precisa de reincidentes.
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Desafíos en privacidad y protección de datos
Sin embargo, la adopción de estas tecnologías también plantea desafíos en términos de privacidad y protección de datos. Sepúlveda advierte: «Justamente se acaba de aprobar en Comisión Mixta en el Congreso, luego de 7 años de tramitación, el texto definitivo del proyecto de ley que moderniza nuestra regulación de protección de datos personales, acercándolo bastante a la regulación europea».
Barros, por su parte, destaca la importancia de equilibrar seguridad y privacidad: «Quienes trabajamos con estas tecnologías, tenemos la responsabilidad de perseguir un equilibrio entre seguridad y privacidad mediante el uso de tecnologías avanzadas y un cumplimiento estricto de las normativas de protección de datos. La adopción de estos estándares para informar a los usuarios y obtener su consentimiento explícito, garantiza sus derechos de privacidad sin comprometer la seguridad».
Adaptación de la legislación
En cuanto a la adaptación de las leyes existentes para abordar los desafíos que presenta la tecnología biométrica, Sepúlveda afirma que «la ley vigente, por la época de su origen que data del año 1999, no regula en profundidad el uso de los datos biométricos, más allá de catalogarlos como datos sensibles respecto de los cuales, en la mayoría de los casos, se va a requerir el consentimiento expreso del titular para su uso lícito».
«El proyecto de ley ad portas de aprobarse, por el contrario, pone bastantes más resguardos legales para su tratamiento», enfatizó, sobre la seguridad en Chile.
A medida que crece la confianza en estas tecnologías, se espera que su adopción se extienda a más sectores. La biometría ya está presente en dispositivos móviles y en los sistemas de prevención de fraudes en el sector financiero.
«Vemos un gran potencial para la biometría en Chile»
Ahora, bajo una mirada más amplia, promete revolucionar la forma en que entendemos la seguridad y la autenticación de identidades, tanto en espacios públicos como en el ámbito comercial.
«Vemos un gran potencial para la biometría en Chile, especialmente en sectores como la banca, el retail y los servicios públicos. Este tipo de soluciones soluciones no solo mejoran la seguridad, sino que también optimizan procesos y mejoran la experiencia del usuario», añadió.
«La implementación de sistemas biométricos en Chile representa una oportunidad única para modernizar nuestra infraestructura de seguridad», concluye Barros. «Con el marco legal adecuado y la tecnología correcta, podemos crear un entorno más seguro y eficiente para todos los ciudadanos».
El caso de Temuco, junto con la creciente problemática de los «mecheros», ha servido como un llamado de atención sobre la vulnerabilidad de nuestros sistemas actuales. Con el avance de la biometría, Chile podría estar a las puertas de una nueva era en materia de seguridad pública y privada, ofreciendo soluciones integrales que abarquen desde la prevención de robos en hospitales hasta la protección del comercio minorista.
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