A principios de octubre, cuando la década de los 50 estaba finalizando, ocurrió un lamentable hecho en las cercanías de la Plaza de Armas de la capital provincial de Biobío, hecho que causó una gran tristeza y marcó el primer mártir de la policía uniformada en la ciudad.

Corría el año 1958; esa noche del 2 de octubre, cerca de las 22:30 horas, un solitario uniformado se encontraba patrullando las calles de Los Ángeles; hacía frío y la lluvia no paraba de caer.

Ahí, el Carabinero René Sepúlveda Parraguez se percató de que un sujeto que estaba bajo los efectos del alcohol se disponía a orinar en el muro de una vivienda. Ante esto, el uniformado le llamó la atención y realizó dos disparos al aire con su arma de servicio, con la finalidad de que depusiera lo que hacía.

Pero el hombre, identificado como Pedro Antonio Álvarez Rivas, de 31 años, apodado como El Caimán, aprovechó que era mucho más grande que Sepúlveda y arremetió contra él. En medio de un forcejeo, un nuevo disparo salió percutido, hiriendo gravemente al funcionario.

Ahí el delincuente, a sangre fría, tomó la Colt calibre 38 y realizó un nuevo disparo en la cabeza de René, casi a quemarropa, provocándole la muerte, para luego escapar hasta un local comercial.

En ese momento, testigos que escucharon los disparos y vieron lo ocurrido fueron en ayuda del Carabinero, quien yacía sin vida, mientras que otros uniformados fueron al lugar y lograron capturar a Álvarez, pero se juntaron muchas personas y en masa se abalanzaron contra el detenido, quienes lo golpearon y trataron de lincharlo.

Ahí los propios amigos y compañeros de Sepúlveda evitaron que el grupo tomara justicia, protegiendo al imputado y trasladándolo hasta la Comisaría La Laja, llamada así durante esa época.

Esa noche, el Carabinero René Sepúlveda Parraguez se convirtió en el primer mártir de Los Ángeles, cambiando así la forma de vivir y generando una tristeza gigante en la ciudad.

Incluso, miles de personas se congregaron para despedirlo y trasladar su cuerpo, luego de un largo velorio, hasta el cementerio general.

Fue hasta 1987 cuando se creó el retén de Carabineros «Cabo 1° René Sepúlveda Parraguez», específicamente el 13 de enero, luego de una orden del alto mando institucional, y el 11 de mayo de ese mismo año, se instaló en un inmueble entregado en comodato por la municipalidad en la calle Bombero Rioseco.

Y en el año 2017 pasó a ser Subcomisaría, siendo trasladada hasta donde se encuentra actualmente en la calle Orompello, donde aún es recordado como un héroe, no solamente por sus cercanos, sino por toda una institución.

René Sepúlveda Parraguez, nació en la región Metropolitana el 17 de julio de 1917, pero se traslado muy joven a Los Ángeles, donde realizó sus estudios y posteriormente si servicio militar.

Él entró con 32 años a la institución, realizando labores en las tenencias de Antuco y Santa Bárbara, y a los retenes de Quilleco y Villucura, para finalmente situarse en Los Ángeles.

Estuvo casado con Javiera del Carmen Torres Sánchez, con quien realizó su familia y tener dos hijos.