Eran las 19:45 horas de ese lunes 17 de febrero de 1986, exactamente hace 36 años, donde dos trenes colisionaron a gran velocidad en el sector de Queronque. Este lugar está ubicado a solo 4 kilómetros de la Estación Limache, justo en una curva conocida como Aranda, donde antes estaba la estación.
El expreso AES-16 que venía desde Valparaíso se incrustó más de 5 metros contra el AES-9, que venía en sentido contrario. El impacto, le quitó la vida instantáneamente a los pasajeros de los primeros vagones de cada máquina. Y junto con esto el caos provocado en aquella tarde.
Al lugar concurrieron todas las unidades de emergencia posible, incluso se obligó el apoyo aéreo para poder transportar los heridos. En su mayoría, estaban graves y tuvieron que ser trasladados a distintos hospitales cercanos. Además, llegaron varias personas en sus vehículos para poder colaborar con el envío de las personas afectadas.
El saldo que dejó esta emergencia, fue de 59 muertos y 510 lesionados de los cuales 111 quedaron graves. Sin embargo, las estadísticas varían ya que según los datos que maneja Carabineros indican que los fallecidos fueron 63. Sin embargo, los equipos de rescate indicaron que hubo 159. Sea cual sea la cifra, que aún mantiene a varios con ideas distintas, este accidente hizo cambiar mucho la mirada de los trenes y el transporte.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR
- Computador gratuito: ¿Qué escolares lo reciben?
- Gratuidad 2022: ¿Cuáles son y cómo acceder a las becas para la educación superior?
- Seguro Escolar Gratuito: ¿En qué consiste y qué incluye?
En relación del porqué de este accidente, fue básicamente a un atentado terrorista perpetrado en 1985, en donde se hizo explotar un puente cerca. Ello, provocó que solo quedara una vía para su uso.
A pesar que muchos culparon a las dificultades ocasionadas por la época en que vivía el país, incluso al atentado de 1985, las autoridades condenaron a cuatro funcionarios de Ferrocarriles. Lo anterior, argumentando que el accidente fue provocado netamente por una irresponsabilidad humana. Sin embargo, los procesados se defendieron señalando las precarias condiciones en que trabajaban.
Al día siguiente, el 18 de enero, exactamente a las 14:00 de la tarde se pudo separar ambos trenes, con la dificultad de que los fierros retorcidos se enredaron entre sí. Ahí, recién se comenzó con el trabajo del rescate de los cadáveres, que para los testigos, era solo ver una masa entre los metales.
Cuartelero de Limache: «Fue chocante, ya que vimos gente mutilada, incluso personas sin cabeza, fue muy chocante y a la vez muy triste”
El Contraste se contactó con Luis Pastene Silva, cuartelero de la 2 Compañía de Bomberos de Limache, quien fue uno de los primeros en llegar al accidente. “Yo me encontraba en mi domicilio, cuando me llaman ya que teníamos que ir a ver un posible accidente de trenes. Llegué al cuartel y salimos con el carro, junto a Carabineros e Investigaciones al sector de Queronque, como unos 15 a 20 Km de Limache. El camino era súper difícil y tras unos minutos, los carabineros acortaron por otro lado. Como era un camino derecho y otro que cortaba seguí por el otro camino y divise una avioneta. Esta bajó y me indicó que tenía que subir unas lomas y ahí llegamos a donde estaba el accidente y era un caos”.
En lo personal el cuartelero indicó que “nosotros no estábamos acostumbrados a este tipo de accidentes. Incluso, cuando llegamos con voluntarios jóvenes, le dijimos que no se metan a los carros, porque no saben lo que van a ver. Pero, como son tan obedientes, se metieron a los carros y salieron arrancando. Fue chocante, ya que vimos gente mutilada, incluso personas sin cabeza, fue muy chocante y a la vez muy triste”.
En relación a los heridos, el bombero de Limache comentó que había mucho trabajo que hacer. “Llevábamos heridos en lo que pudiéramos. El hospital de Limache tenía instrucciones de recibir todo. Además, nosotros no teníamos nada para poder cortar fierros y cosas así, para poder sacar y ayudar a quien pudiéramos. Por esta razón, pedimos ayuda a la CCU, que en esa época había acá y talleres mecánicos para usar oxicorte y poder cortar los fierros para sacar los heridos y lamentablemente los fallecidos durante la jornada”.
«Estuve 4 días sin comer»
Por último Luis Pastene contó que muchas personas murieron días después, incluso un niño que ayudó. “Lo llevamos en la cabina al hospital y un mes después falleció. Fue triste, queríamos hacer mucho más pero estábamos limitados. Pero, a raíz de ese accidente comenzamos a adquirir equipos de otras índoles, haciendo cursos nuevos, trauma, adquirir conocimiento para poder ayudar mucho más y seguir mejorando.
“Luego de la emergencia estuve cuatro días sin comer. El olor adentro era putrefacto cuando estuve adentro de los carros y después. en las noches, me costaba dormir o despertaba gritando. Era joven y no recurrí a un psicólogo o psiquiatra, ya que me venía a la memoria lo que viví y lo que ayudamos. Esa vez solo queríamos ayudar y salvar la mayor cantidad de gente que podíamos, fue una triste experiencia y traumática”, finalizó.
Los días siguientes a la tragedia Augusto Pinochet visitó a los heridos ubicados en los distintos hospitales, y dispuso una indemnización parecido a quienes reciben en los accidentes en carreteras por parte del estado. Ya luego desde el 25 de febrero la empresa se hizo responsable y comenzó el pago a las familias afectadas.
Este desastre provocó que el servicio que unía Santiago con Valparaíso dejará de funcionar, y recién en 1992 se reestableció el recorrido, pero con una tecnología mucho más avanzada.
Lamentablemente un año y algo después, otro accidente dejó 12 muertos y más de 100 heridos, el 8 de marzo de 1987, y que sacudió a los vecinos y familiares, del tren que recorrió el sector de Pelequén.