La Campiña es toda una tradición frente a Plaza Pinto. Independiente de los dueños, su panadería es una de las mejores de la ciudad. Sin embargo, estas últimas semanas ha sido noticia y no precisamente por la calidad de sus productos.
El mes de junio, dos fuertes accidentes afectaron al local ubicado en plena esquina de Lynch con San Martín. Pese a la existencia de un semáforo, su instalación es tan poco respetada como el de Marconi con Gabriela Mistral.
Durante el lunes pasado, que fue feriado, un nuevo accidente a alta velocidad involucró a dos vehículos. Uno de ellos, quedó incrustado totalmente en el interior, causando daños millonarios, que una vez más nadie ha pagado.
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Magaly Cisternas es dueña hace tres años de dicho local. Con angustia ha tenido que costear estos daños. Sólo en uno de los accidentes, la mujer involucrada se acercó y pagó todo lo destruido.
En conversación con El Contraste, relató que «es la segunda vez que ingresan, pero ya nos han chocado tres veces. La primera vez, ingresó el vehículo y destrozó todo, pero no tanto como esta vez».
«La segunda vez, el auto llegó hasta el muro y la pisadera de entrada donde frenó, que fue la semana antepasada. Y, ahora, el día lunes, ya entró con todo», contó.
Frente a ello, mira el lugar y se pregunta una y otra vez, «¿a qué velocidad venía que llegó aquí y me echo todo abajo? ¿Imagínese si hubiéramos estado nosotros? Nos mata».
«Ese día estábamos cerrados porque era feriado. Menos mal. Pero yo no puedo seguir haciéndome cargo de esta destrucción. Le pedí ayuda a la municipalidad esta vez. Nosotros ahora compramos esos tubos que son anti alunizajes y los vamos a instalar por nuestra cuenta. Pero, yo de verdad necesito que la municipalidad me coloque una protección, una reja o algo. Esas bolitas de cemento no sirven porque las saltan igual», indicó.
Con preocupación, manifestó que «aquí hay una fila afuera siempre. Nosotros, por la pandemia, atendemos sólo una persona y los demás estamos detrás del mesón. Si hubiera pasado con el negocio abierto, habría sido otro cuento. Habríamos tenido heridos de gravedad o peor, si a la velocidad que entró, llegó hasta adentro».
Accidentes son pan de cada día
La afectada, relató que ven con preocupación cómo a diario las frenadas de autos que quieren pasar con la luz amarilla o roja los arriesgan.
«Aquí casi todas las semanas tenemos accidentes. Ahora que pusieron semáforos es igual. La gente no respeta. Nosotros los vemos que estamos acá. De repente pasan con rojo y no respetan», señaló.
Sobre el accidente del pasado lunes, aseguró que «yo no tengo idea quién me chocó, no conozco a la persona, porque cuando yo llegué aquí, ya no estaban».
¿Quién se hace cargo de los daños en La Campiña?
Como en retieradas ocasiones, Magaly ha debido costear los daños que le hacen a su local. Pero ya está cansada y pide que esta vez, las personas respondan.
«Yo no tengo seguro, no sé los vehículos, pero lo que yo necesito es que se arreglen ellos y que me digan quién chocó y que me paguen. Carabineros me tomó la declaración y todo, pero hasta ahora, nadie se ha acercado a hablarme y esto fue el lunes», subrayó.
Sobre los daños, detalló que «mi cortina metálica es carísima, menos mal que no me rompió el motor, porque ahí ya estaríamos hablando de una cosa mayor. Pero me rompió la mampara, la sacó toda, me quebró la vitrina y tuve que comprarme una nueva. La máquina de helados ya no sirve porque me voló el motor y todas las protecciones de vidrio volaron. Fue terrible».
«Yo lo único que le pido a la municipalidad es mayor protección. Les envié un correo y nadie me ha respondido ni ha venido a preguntarme nada. Imagínese, la gente hace la fila afuera, y si viene un auto y entra, los pasa a llevar a todos. Pusieron protección en la plaza y qué van a chocar ahí pero aquí no nos protegen y espero tener alguna solución con la municipalidad. El semáforo se agradece porque han disminuido los accidentes, pero no se han terminado», .
Finalmente, planteó que «yo siempre tengo personas y tengo miedo que pueda pasar una historia más grave. Sólo le pido a la municipalidad que me proteja el negocio. Ojalá me respondan».