Terremoto de 1960 Valdivia relatos
El terremoto del 1960 cumple 61 años. Aun hay relatos vivientes de aquella difícil jornada.

Terremoto de 1960. Domingo 22 de mayo de 1960, nadie sabía lo que se acercaba, pero ya la tierra estaba dando su primer aviso un día antes. Recordemos, que el 21 de mayo, mientras se esperaba para conmemorar las celebraciones por el Combate Naval de Iquique, el suelo de Concepción comenzó a moverse.

Fue la previa a las 06:02 de la mañana. Por la hora, la mayoría de las personas dormía. Fue una magnitud de 8.1 y con una duración de 35 segundos. No dejo fallecidos, pero según la prensa de la época, hubo una gran cantidad de daños estructurales. Para ser exactos, el epicentro fue cercano a la ciudad de Cañete.

Al día siguiente, y casi a la misma hora, el 22 de mayo, a las 06:30 horas, otro terremoto azotaría al sur, pero de magnitud de 7.1, cuyo epicentro seria en el Parque Nacional de Nahuelbuta, en la Región de La Araucanía. Nuevamente las noticias corrían rápido, de dos fuertes terremotos, pero no serían los últimos.

Ese mismo día, a las 14:56 horas, en la Región de La Araucanía, la comuna de Purén seria azotada, esta vez, por un movimiento de 7.8. A esa hora, el caos era total, ya que dos regiones habían caído, por las magnitudes, y ya se reportaban algunos fallecidos y miles de heridos, en especial por aquellos movimientos de madrugada.

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La población Chilena, ya asustada, y tratando de recuperarse psicológicamente de lo que estaba sucediendo, ni siquiera se imaginaban que esto era solo el inicio de lo que se venía.

El Gran desastre

Eran las 15:11 de la tarde de aquel domingo 22 de mayo de 1960, las familias de Valdivia recibían por la radio, la información de que en la Región del Biobío y la parte norte de la Región de la Araucanía, habían sido afectado por fuertes terremotos en un periodo de 24 horas. Mientras algunos ya habían almorzado, otros estaban de paseo o pasando la tarde junto a sus hijos y seres queridos.

La tierra comenzó a moverse, con un fuerte ruido subterráneo. Los sismógrafos del mundo ya estaban captando que algo sucedía en América del Sur. Durante ocho minutos, el terror sacudía a gran parte del país. Casas, edificios de la época, ciudades… nadie logró superar lo que estaba pasando. En las zonas afectadas por los terremotos anteriores, ya era un caos total porque aquellas estructuras que se salvaron o sufrieron daños leves, ahora estaban en el suelo.

El miedo se apodero de los Valdivianos, quienes solo pedían que esto parara. A las 15:19 horas, vino una leve calma. Gritos de horror inundaban ciudades, para ser exactos 46 ciudades grandes, y cientos de pueblos o ciudades pequeñas, estaban en ruinas. Nadie imaginaba que los sismógrafos marcarían una magnitud de 9.5 y que pasaría a ser el mayor de la historia.

Los servicios básicos colapsados, grandes grietas en las ciudades cuyas calles eran de adoquines, cerros derrumbados y bloqueos de varias zonas, fueron parte del resultado que dejó a miles heridos, muertos y aislados.

Terremoto de 1960 Valdivia relatos
El terremoto de 1960 en Valdivia es el más grande que ha registrado el hombre en la historia.

Temor en la costa

En la costa, los con más experiencia, temían lo peor. Casi 30 minutos después de aquel terremoto, el mar sería el segundo ataque. El océano comenzó a retroceder rápidamente. Los pescadores, cuyos botes quedaron varados en la arena, sabían lo que venía, pero el llamado fue algo tarde. 

10 minutos después que el mar retrocediera, una ola de casi 10 metros de altura y con una velocidad de casi 150 Km, golpearía y terminaría por destruir lo poco que quedaba. El tsunami afectaría a las costas, entre Concepción y Chiloé, algunas zonas como Puerto Saavedra las olas llegaron a los nueve metros. En Corral llegó a los diez metros. Dichato en tanto, las recibió de cinco a siete metros y Talcahuano a los tres metros. Se estima que más de 400.000 metros cuadrados serían devastados por este mega terremoto y tsunami.

Cabe decir, que 15 horas después de que el tsunami llegara a las costas Chilenas, Japón, Hawai, California, Nueva Zelanda, por nombrar algunos, recibirían el tren de olas, dejando daños considerables y cientos de muertos en varias costas internacionales.

A los días siguientes, las consecuencias eran claras, varias ciudades desaparecieron, el paisaje había cambiado, y nada era no era como antes. Uno de los actos sería recordado y sería conocido como “La Epopeya de Riñigüe”. Esto, luego de que el Río Riñigüe, hacia el Río San Pablo, se había tapado, tras el colapso de los cerros, que amenazó con inundar varios pueblos y parte de Valdivia. Pero luego de un gran trabajo, encabezado por Raúl Sáez, se logró evitar la tragedia.

Fueron más de 2.300 personas que fallecieron en toda la emergencia, más de 3.000 quedaron lesionadas, y hubo decenas de desaparecidos, aunque algunos indican que fueron mucho más las cifras. Fueron más de 2 millones de personas perdieron su hogar, y para que esto volviera a la normalidad, tendrían que pasar varios meses.

Además de muchas replicas, que sacudieron por varias semanas después, y el miedo demoro mucho en irse para los habitantes de las zonas que afectaron a gran parte del centro sur del país. 

El recuerdo de quienes vivieron el terremoto de 1960

Muchas personas perdieron la vida luego de ese terremoto y posterior tsunami, mientras que otros que Vivian lejos de la zona cero, perdieron a sus seres queridos, y también están los sobrevivientes, que con dolor y mucha angustia, recuerdan ese tan fatídico día. 

Hilda de 99 años y Lucrecia de 92 años (quienes son tía y sobrina), en si son como hermanas. En esos años predicaban en varias ciudades del país, se encontraban en plan de hacer una iglesia, quedándose tres días, comentó a El Contraste Lucrecia.

“Cuando fue el terremoto, nosotros estábamos en la ciudad, estábamos de viaje con una congregación, y nos encontramos en una casa como para el campo. Cuando fue el terremoto, lo primero que se nos vino a la mente, era pensar en qué pasaría con las personas. Estábamos lejos de donde fue todo, y claro, sufrimos daños en donde estábamos, la casa crujía y el piso igual, el ruido era difícil de olvidar, y lo primero que hicimos fue orar”, relató.

Agregó que desde ese día que ocurrió el terremoto, no han podido dormir nunca más sin una luz prendida, y que el año 2010, muchos tristes recuerdos volvieron a su mente. “Tuvimos que volver a Santiago después, pero nos demoramos casi un mes en llegar, porque los caminos estaban muy dañados, puentes en el suelo, y había que tomar caminos alternativos”, concluyo. 

Terremoto de valdivia 1960

Terremoto de 1960: Visión desde la niñez

María Teresa, quien en 1960 tenía recién 10 años de edad, cuenta que “estábamos con mis papas en la casa, ya habíamos almorzado y lo que quería hacer después eran mis tareas, porque como al día siguiente tenia clases, pues quería llevar todo listo. De pronto comenzó el terremoto, el ruido era muy fuerte. Yo me aferré a una puerta pero me tiró a suelo y me golpeé la cabeza. Mi papá, que era pescador, desapareció y nunca supe de él, mis hermanos que estaban con mi tía en Osorno, no nos vimos hasta dos meses después”.

“Lo único que me quedo de él, y que recuerdo, era que esa tarde debía llegar con pescado para la once, pero nunca llego”, contó.

Marita Hettich, quien siempre ha vivió en la comuna de Lautaro, tenía 16 años cuando el suelo se movió.

“Tenia 16 o 17 años, mi papá era juez en ese tiempo aquí en Lautaro. Era hija única. La gente tenía miedo de estar en las casas, porque se podían salir y teníamos fogatas en las calles“, relató.

En esa misma línea, recordó que “carabineros nos cuidó bastante, y el material de cosecha, y nos sirvió para hacer tipo cama, y poder estar mientras y estar tranquila.”

Añadió que si no hubieran habido esos terremotos anteriores, estaríamos hablando de otra situación, tal vez peor.

“La comuna de Lautaro, quedó con sus casas de adobe y viejas en el suelo. Las réplicas que vinieron después, terminaron por botarlas. Nosotros, por ejemplo, teníamos una parte de la cocina con cemento, pero solo quedó trizada”, sostuvo.

Además, añadió que ”mi casa, que era de 16 piezas tuvo varios daños, pero aguantó. Pasamos susto, y no sabíamos que más pasaría adelante”.

Cuando fue el terremoto del año 2010, la señora Marita, revivió cada uno de los momentos vividos en el Terremoto de 1960. Pero ahora por sus venas además de sangre, corre coraje y valentía. “Estoy preparada para lo que se venga”, concluyó.