• La OMS recalca la baja probabilidad de contraer el virus mediante el consumo de alimentos. A su vez, expertos mencionan las precauciones que se deben tener con los servicios de delivery y los beneficios que estos entregan a la población.

Debido al confinamiento, el uso de las aplicaciones para pedir comida a domicilio ha aumentado de manera exponencial. Si bien ha sido un aporte tanto para clientes como para los emprendedores, aún existen dudas sobre si la comida es fuente de contagios de coronavirus.

“Covid-19 e inocuidad de los alimentos: orientaciones para las empresas alimentarias” es el título de un documento de la Organización Mundial de la Salud que plantea que es muy poco probable que el Covid-19 se propague a través de los alimentos o envases de productos alimenticios. Indica que, al ser una enfermedad respiratoria, “se transmite principalmente entre personas y por el contacto directo de gotículas expulsadas al toser o estornudar por una persona infectada”.

De hecho, en el mismo texto se menciona que no se ha demostrado que los virus que causan enfermedades respiratorias puedan trasmitirse a través de los alimentos o de los envases que los contienen. “Los coronavirus no pueden multiplicarse en los alimentos, pues necesitan un huésped animal o humano para hacerlo”, sostiene la OMS.

No obstante, el organismo internacional llama a los clientes a ser cautos, ya que una persona sí pude infectarse si, tras tocar una superficie u objeto contaminado o la mano de una persona contagiada, se lleva la mano a la nariz o los ojos. “De acuerdo con un estudio reciente sobre la supervivencia del virus que causa la Covid-19, este se puede mantener con capacidad de contagio en distintas superficies, y se ha indicado que este periodo puede ser de hasta 72 horas en el plástico y el acero inoxidable, de 4 horas en el cobre y de 24 horas en el cartón”, se lee en el texto.

Contagio por contacto

Quien también asegura que el Covid-19 no es una enfermedad de transmisión alimentaria es la académica de Nutrición y Dietética de la Universidad San Sebastián Carina Merello Garbarino. “Esto quiere decir que comerse un alimento contaminado no contagia. El riesgo es tocarse la cara tras manipular una superficie que tiene el virus”, sostiene.

Entonces, cuando se recibe el pedido de un repartidor, el cliente debe mantener la distancia social, usar mascarilla y lavarse las manos lo más pronto posible. “No debemos apoyar el empaque en los mesones de la cocina o en el comedor. Lo ideal es que el alimento pase directo a nuestra vajilla o un lugar en el que podamos desinfectarlo con facilitad. Mientras que el paquete debe ser eliminado inmediatamente”, dice la médico veterinario Carina Merello.

En el caso de las frutas y verduras, la profesional USS aconseja lavarlas con abundante agua y desinfectarlas con una limitada cantidad de cloro. “Se debe utilizar 10 gotas de cloro al 5% en un 1 litro de agua durante 2 a 3 minutos. Finalmente, se debe enjuagar y secar”, recalca.

En el caso de las comidas preparadas, como las pizzas o hamburguesas, la académica recomienda recalentarlas a temperaturas superiores a los 70 grados y durante 10 o 15 minutos. “En el caso de los pasteles o sushi, ahí solo queda confiar en el local. Por tanto, es importante comprar en lugares autorizados por la seremi de Salud, ya que eso nos asegura que se cumplirán con todas medidas sanitarias que evitarán contraer no solo la Covid-19, sino que otras enfermedades de transmisión alimentaria”, sostiene.

Aplicaciones en pandemia

Si bien las aplicaciones de delivery buscaron atender aspectos relacionados a la comodidad, hoy también se hacen cargo de la emergencia sanitaria. El poder comprar desde casa o desde el trabajo, para quienes aún son requeridos presencialmente, ayuda a evitar el peligro de contagiarse mediante el uso de dinero o de máquinas para pasar las tarjetas. 

Para el coordinador del Área de Innovación y Tecnología de la Facultad de Ingeniería y Tecnología USS, Luis Angulo Mura, la venta por aplicaciones es el primer acercamiento de algunas empresas alimentarias a la transformación digital. “La industria no debe considerarla como una medida ‘para salir del paso’, sino que debe aprender de esta experiencia y enlazarla a la gestión de su negocio para así, obtener beneficios transversales y no solo verla como un simple canal de venta”, asegura.

Finalmente, el académico recomienda a las empresas con servicios de reparto que también apunten al segmento más adulto, que está menos familiarizado con el uso de aplicaciones. “Deben ser considerados, ya que nos estamos transformando en una sociedad cada vez más adulta y ellos serán un cliente estratégico en el futuro”, sentencia.