El Tribunal Superior de Porter, en Indiana (Estados Unidos), sentenció a Jennifer Lee Wilson, de 48 años, a seis años de cárcel por la muerte de su hijo adoptivo, Dakota Levi Stevens, de 10 años. Wilson recibió cinco años de prisión y uno de libertad condicional tras ser declarada culpable de homicidio imprudente al admitir que usó su cuerpo para inmovilizar al menor como castigo.
El incidente, por el cual la mujer se confesó como culpable durante octubre de 2024, ocurrió cuando Dakota intentó huir de su casa para refugiarse con una vecina, alegando que sus padres adoptivos «le golpeaban», de acuerdo a lo indicado por Heraldo. Según las autoridades, el menor pidió a la dueña de la vivienda que lo adoptara. Wilson lo llevó de regreso a casa y, para impedir que volviera a escapar, lo inmovilizó colocándose sobre él.
Con un peso de 154 kg, Wilson causó lesiones graves al niño, que falleció dos días después en un hospital de South Bend. El informe forense determinó que Dakota murió por asfixia y reveló severos daños en órganos internos, tejidos blandos, y hemorragias hepática y pulmonar.
La mujer reconoció su responsabilidad en los hechos y se declaró culpable en octubre pasado. La condena subraya la gravedad de los actos y las consecuencias irreparables para el menor.