Cedida

La localidad de Millántu, sector rural de Los Ángeles, se encuentra de duelo, luego de que uno de los brigadistas caídos en Los Sauces fuera parte de la comunidad y hoy lo despiden como un héroe.

La madrugada de ayer, lunes, el país se vio conmocionado por la muerte de tres brigadistas en la provincia de Malleco, mientras combatían un incendio forestal. De Angol, Yumbel y Los Ángeles fueron las víctimas, y este trágico suceso marca una tragedia que enluta a todos.

Uno de estos, es José Luis Quezada Barra, un brigadista de 44 años que perdió la vida combatiendo el voraz incendio forestal en Los Sauces. El llevaba 21 años como brigadista, 17 de ellos liderando cuadrillas y los últimos cuatro como jefe de brigada.

Su entrega y compromiso con su trabajo eran admirados por todos los que lo conocían. “Él tenía muchísima experiencia en esto, llevaba años enfrentando incendios. Siempre estaba dispuesto a darlo todo por su trabajo y su familia”, comenta su sobrino Hans Silva. Esto, en medio del velatorio que su familia, amigos y conocidos están llevando a cabo.

Además de su rol como brigadista, José Luis era un hombre profundamente familiar. Casado y padre de dos hijos, sus días libres los dedicaba por completo a estar con ellos, disfrutando de los momentos simples que ofrecía la vida en Millantú. “Era alegre, cariñoso y siempre preocupado por todos nosotros”, agrega Silva.

José y su pasión por el fútbol y la comunidad

Fuera de su trabajo, José Luis encontraba su refugio en el fútbol. Desde su infancia, fue parte del Club Sol de Rarinco, donde jugaba como lateral izquierdo en la serie de honor. Con quienes desarrolló una amistad amplia y que día a día crecía, más aún, cuando anotaba un gol.

Manuel Torres, presidente del club y amigo de toda la vida, recuerda que “jugamos juntos desde niños. Él era nuestro goleador, siempre apasionado y apañador. El club es más que un equipo, es una familia, y perderlo ha sido un golpe durísimo para todos”.

Torres describe a José Luis como una persona generosa y comprometida no solo con el deporte, sino también con sus amigos y comunidad. “Era alguien que siempre estaba ahí para todos. Es difícil asimilar que ya no estará más con nosotros”, comenta con tristeza.

Un vacío imposible de llenar en Millántu

La noticia de su fallecimiento fue devastadora para su familia y amigos. “Es muy difícil explicar lo que significaba para nosotros. Era un buen hijo, un excelente padre y esposo. Siempre daba todo por los demás”, expresa Silva, quien aún no encuentra palabras para procesar lo ocurrido.

En el Club Sol de Rarinco, la tristeza es palpable. Sus compañeros aún no logran aceptar la partida de quien fuera no solo un jugador destacado, sino también un líder dentro y fuera de la cancha. “Todo el club está de luto, nadie lo puede creer todavía”, señala Torres.

José Luis Quezada Barra deja un legado imborrable de compromiso y valentía, tanto en su trabajo como brigadista como en su vida personal. Su sacrificio en el incendio de Los Sauces no será olvidado, y su memoria perdurará entre quienes lo conocieron y lo admiraron en Millántu.

“José Luis Quezada Barra, descansa en paz. Tu lucha y tu legado vivirán siempre en el corazón de tu familia y de tu comunidad”, se lee en un mensaje dejado por sus conocidos.

La comunidad de Los Ángeles, y especialmente su querido Millántu, despiden a un verdadero héroe, un hombre que dio su vida por proteger a otros. Su ejemplo quedará como un recordatorio de la importancia del trabajo de los brigadistas y del inmenso sacrificio que implica enfrentar las llamas para salvaguardar vidas y territorios.

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