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Un escenario complejo es el que se empieza a configurar para las finanzas personales, como consecuencia de la pandemia y posterior crisis económica, que produjo un aumento en la cantidad de morosos y un mayor número de personas que se han declarado en quiebra.

Según el XXIX Informe de Deuda Morosa que elaboran la Universidad San Sebastián y Equifax, el número de deudores morosos subió en 375.723 personas al comparar junio de este año con el mismo mes de 2019. Esto significa un alza de 8,2%. Un fenómeno al que se suma el reporte de la Superintendencia de Insolvencia y reemprendimiento, que muestra que sólo en el mes de julio se han declarado en quiebra 3 mil personas.

Cifras que revelan el estado actual del endeudamiento y también refleja las consecuencias de una pandemia económica, que según los expertos seguirá causando estragos.

Así lo explica el ingeniero y gerente comercial de la empresa Remesa, Carlos Lenck, quien ha trabajado por más de 25 años en la banca, y hace un análisis de lo que está ocurriendo actualmente, asegurando que pese a lo negativo de las cifras, estás van a seguir una curva ascendente en los próximos meses, por lo que aún debemos esperar mayores consecuencias de la crisis económica.

“La morosidad efectivamente se está incrementando, y de alguna manera en estos meses se va a notar más porque muchos de quienes tienen crédito en consumo, pudieron estar tres meses sin pagar la cuota y los que tienen créditos hipotecarios, postergaron incluso por seis meses, por lo que cuando llegue el momento de pagar, no tendrán para cubrir y se sumarán a la lista de morosos», expresó.

Agregó que «la morosidad seguirá aumentando muchísimo más y la reactivación aún no ha comenzado, ya que estamos todavía en plena pandemia, con restricciones sanitarias, por lo que la reactivación no se ve muy cerca aún y seguirá impactando negativamente en la morosidad”.

Carlos Lerck explica además que, si bien el 10% de alguna manera va a ser una inyección de capital importante, gran parte se utilizará en pagar deudas, gastos de alimentación y el resto en consumo, pero esto será por poco tiempo.

Provisiones

A este panorama se suma el aumento de las provisiones, al que se han visto obligadas las empresas, considerando que éstas son un resguardo que se toma como reconocimiento del riesgo de pérdidas, principalmente por la inseguridad de no poder cobrar.

“Los indicadores de morosidad van a seguir escalando hacía arriba. La deuda además aún no está consolidada, ya que por ley los que informan son las instituciones financieras y la banca, pero el retail no se ve obligado, por lo que aún no vemos toda la deuda. Los riesgos de morosidad son altos y hay que estar preparados”.

Papel de la cobranza

En este escenario el papel de la cobranza es fundamental, por lo que hay que generar una buena gestión, para que ésta sea efectiva.

“No hay que cortar la cadena de pagos menos en estos momentos y para eso es necesaria una gestión de cobranza efectiva. Si no puedes pagar todo abona, repacta, refinancia, acércate y logra acuerdos o posterga, pero no dejes de pagar. De esta manera mantendrás esta cadena. Por parte de las empresas, la recomendación es externalizar, dejar en manos de expertos esta tarea, para preocuparse solo de la reactivación y de vender”.