Una testigo reservada en el robo de una sucursal de Brinks en Rancagua ha proporcionado un testimonio que podría ser clave para la investigación.
Esta testigo, quien es una expareja de uno de los 18 imputados por el robo de 12 mil millones de pesos, entregó su relato a la Fiscalía, tal como lo reveló La Tercera.
«Sobre los hechos que usted investiga le puedo señalar que durante varios años tuve relación sentimental con uno de los detenidos por el robo que afectó a la empresa Brinks, de la comuna de Rancagua, la cual terminé en el mes de marzo del año 2024, producto de una infidelidad», afirmó la mujer, en un testimonio que forma parte de la carpeta investigativa, según detalla el citado medio.
La mujer también aseguró que su exnovio le confesó la planificación del asalto junto a un grupo de personas. Además, contó que el vigilante de Brinks, Óscar Saavedra, había compartido con su expareja que su novia enfrentaba problemas económicos debido a una enfermedad que necesitaba tratamiento.
La testigo entregó a la fiscalía una fotografía que muestra a Óscar Saavedra y a la cajera Ximena Fuentes en una reunión de planificación del robo. Esta imagen, fechada el 14 de agosto, sería la última junta del grupo criminal, en la que afinaron los detalles del golpe, según el fiscal.
El celular del guardia
El Ministerio Público ya tiene en su poder el teléfono de Óscar Saavedra. De este dispositivo se han extraído varias conversaciones, incluyendo una del 29 de julio en la que Saavedra consultaba el precio de una propiedad, valorada en 123 millones de pesos.
En total, se han recuperado 32 conversaciones, 62 contactos y 4.668 imágenes del dispositivo. Una de las charlas más relevantes que publicó La Tercera fue entre Saavedra, identificado como «empresa«, y un contacto guardado como «primo 2«, que parece estar relacionado con el asalto, usando el código «fiesta«:
Primo 2: ¿Hoy de qué estás?
Guardia: Estoy en casa, descansando.
Primo 2: Ya, patrón.
Guardia: Pero con respecto a todo, va todo bien a esta hora, y ya mañana tendré ya los últimos detalles e información de la fiesta.
Siguiendo con los detalles, en otro intercambio conversan sobre la «fiesta» del día siguiente:
Primo 2: ¿Mañana, notificado que vas de torre, cierto?
Guardia: Estamos listo, acabo de confirmar. Mañana sigue todo como lo vimos.
Primo 2: Empezamos la fiesta dejando la camioneta a las 6.00.
Guardia: Antes de las 6.30. Exacto, porque mañana llegan los músicos a las 6.30.
Primo 2: Sí a las 6.
Guardia: A las 6 es buena hora dejar el equipo de sonido.
Guardia: Ya compa. Los dejo, un abrazo y que mañana sea un éxito la fiesta.
Primo 2: Así será, tiene que ser, ya sabes. Ya atento a este celu a las 12. Me hablas cuando llegues y después de las 12.
La fiscalía estableció que la banda criminal dejó una camioneta tipo furgón frente a la sucursal de Brinks, donde se llevaron el dinero, antes de las 7.00 de la mañana del viernes 16 de agosto. Aquello coincide con la conversación por chat.
La versión del vigilante
El relato del guardia Óscar Saavedra indica que él solicitó trabajar el 16 de agosto en la torreta de la empresa Brinks para realizar trámites personales, lo que fue autorizado por su jefe. Durante la mañana, mientras permitía que unas funcionarias salieran a fumar, observó en las cámaras de seguridad a al menos diez sujetos encapuchados escalando el muro de la empresa con escaleras y lanzando bolsas con dinero hacia el exterior.
Saavedra alertó a su jefe sobre el asalto e intentó activar el botón de pánico y realizar llamadas, pero no obtuvo respuesta debido a la mala cobertura en el área. Ante la situación, ambos decidieron refugiarse en la torreta para evitar ser atacados por los delincuentes.
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