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La medición del Centro de Políticas Públicas de la Facultad de Economía y Gobierno de la Universidad San Sebastián (USS), en conjunto con la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, reveló que un 83,4% de los encuestados considera que el crimen organizado ha aumentado en el país durante los últimos seis meses, un 11,2% manifiesta que se mantuvo igual y solo un 3,4% opina que disminuyó. En tanto, un 3,9% no sabe o no responde.

Al consultar sobre si las personas han experimentado alguna situación que las haga sentir que el crimen organizado es una amenaza real en su vida diaria, un 59,9% de las personas contesta de manera afirmativa.

Si se analizan medidas que apunten a la lucha contra el crimen organizado, un 97,6% está de acuerdo con un cumplimiento efectivo total de las penas asignadas; el 95,9% se manifestó a favor de la existencia de cárceles especiales de máxima seguridad y un 77,1% está de acuerdo con el levantamiento del secreto bancario.

Mayores restricciones para autores de delitos violentos

Los datos entregados por la encuesta de la USS, a su vez, reflejan que un 77,5% cree que la delincuencia ha aumentado a nivel nacional. En esa misma línea, el 76,8% de los encuestados indicó que durante los últimos 6 meses los delitos fueron más violentos.

Para Pía Greene, académica de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales y parte del Centro de Estudios en Seguridad y Crimen Organizado de la USS, “los datos confirman lo que se ha visto en otras mediciones y en el sentir generalizado de la calle. El temor de las personas está en un nivel muy alto, alcanzando a 7 de cada 10 personas”.

En línea con lo anterior, el 93,8% de los encuestados considera que las personas presas por delitos violentos deberían tener mayores restricciones para el contacto con el exterior. Asimismo, la gran mayoría (78,4%) está en desacuerdo o muy en desacuerdo con que los beneficios carcelarios -tales como visitas, llamadas y otras- sean iguales e independientes del tipo de delito cometido.

Aumentó la sensación de temor

Sobre la sensación de temor en la población un 70% siente mucho temor, independiente de si fue víctima o no de un delito; el 22,5% siente poco miedo y apenas el 7,5% señaló sentirse seguro o con nada de miedo.

En relación con los lugares donde las personas se sienten más seguras, se mantiene en la primera posición el lugar de trabajo (37,7%), seguido por la casa (34,8%), lugar de estudio (21,5%) y barrio (18,2%).

Personas cambian sus hábitos por inseguridad

Sobre las dinámicas personales de seguridad, un 78,2% señala haber cambiado sus hábitos personales por motivos de seguridad, manteniendo la cifra de hace seis meses. Entre ellas encabezan la lista evitar salir de noche (67,3%), evitar salir solo (50,2%), ajustar los horarios de salida (50,2%) y cambiar lugares que se frecuentan (49%). Más abajo se encuentran evitar el uso de transporte público (35,9%), evitar el uso de taxis y/o aplicaciones de transporte (2,4%) y portar un arma (4,2%).

En este sentido, Pía Greene señala que “la pérdida de libertad que trae la inseguridad (por el confinamiento, el temor, el dejar de hacer cosas que antes uno hacía) se ve reflejada en diversas acciones y cambios de hábitos cotidianos como, por ejemplo, en el alto porcentaje de chilenos que ya no sale de noche por sentirse inseguro, o también, en la favorabilidad a que se realicen más acciones por parte del Estado para combatir la delincuencia. Así, subieron significativamente todas las medidas propuestas, teniendo la mayor alza el permitir el uso de fuego por parte de seguridad municipal, que superó el 50% de los encuestados”.

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