La serie «Bebé Reno» de Netflix, conocida por abordar de manera intensa el tema del acoso y la obsesión, ha cobrado una relevancia aún más escalofriante con la reciente denuncia pública contra una mujer presuntamente llamada Rebeca García en Caracas, Venezuela. Los hechos narrados por la usuaria de Twitter @cocoaguirre han dejado en evidencia una situación que supera cualquier trama ficticia.

El caso de Rebeca García y donde estaría involucrado su presunto hermano Francisco ha generado conmoción debido a las múltiples acusaciones en su contra. Según diversas fuentes, Rebeca ha sido señalada por acosar a varias mujeres durante años, invadiendo sus espacios personales y llegando incluso a amenazarlas de muerte. Su hermano Francisco también ha sido vinculado con comportamientos similares, incluyendo incidentes de fotografías inapropiadas en redes sociales.

Evidencias publicadas por la afectada de los supuestos mensajes dejados por Rebeca García.

Cocoaguirre: «Ha llegado hasta la puerta de mi casa»

Según el relato de la afectada, el acoso de Rebeca García inició hace más de siete años, con una escalada de intimidación que ha afectado profundamente la vida de la denunciante. En sus propias palabras, @cocoaguirre reveló: «Vuelvo nuevamente, ahora sin el candado en esta red social (que tengo años puesto por miedo y protección a mí misma). Para denunciar a Rebeca García. Quien me ha acosado por más de 7 años, acoso que ha llegado hasta la puerta de mi casa invadiendo mi espacio seguro».

https://twitter.com/cocoaguirre/status/1787677356171084089

Las denuncias de @cocoaguirre revelan una escalada en el comportamiento de Rebeca, desde mensajes y visitas inoportunas hasta acciones físicas que ponen en riesgo la seguridad de la denunciante. Este caso se ha visto obstaculizado por la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades, quienes han argumentado problemas de salud mental de la acosadora como una barrera para intervenir legalmente.

«El acoso no ha parado, ni de manera física ni de manera digital. Rebeca ha seguido viniendo incesantemente a mi edificio, ha ido hasta mi trabajo, me manda diariamente 20, 30, 40 correos. Correos obscenos, correos violentos», relata @cocoaguirre, describiendo el impacto emocional y la sensación de miedo constante que ha experimentado durante estos años.

Ante la impotencia de las víctimas y la aparente impunidad de los acosadores, la sociedad se encuentra cuestionando los mecanismos de protección y las herramientas legales disponibles para abordar casos tan complejos como este.