Muchos colores y un gran espíritu navideño lleva una familia desde hace cinco años en el sector sur de la capital provincial de Biobío, hasta donde concurren familias, especialmente niños, a tomarse una fotografía y llevar un bonito recuerdo de vuelta a sus hogares.
En la calle la magia de la Navidad cobra vida en la calle Balbino Sanhueza 184, en Los Ángeles, gracias a la iniciativa de Maritza Leiva Velázquez, una abuela amorosa que ha convertido su hogar en un verdadero paraíso navideño para niños y adultos por igual.
Desde hace cinco años, Maritza ha dedicado tiempo y esfuerzo a adornar su casa con diferentes luces y adorables figuras que capturan la atención de quienes pasan por su calle. La tradición empezó de a poquito, como ella misma cuenta, pero ha crecido hasta convertirse en un espectáculo digno de admirar.
Maritza compartió su experiencia con El Contraste, señalando que “la verdad es que empecé de a poquito adornando para los niños, mis nietos. Cada año, voy agregando un poquito más, y me encanta ver cómo los niños vienen, se toman fotos, y se sienten felices. Es un espíritu navideño que me llena de alegría”.
“Anoche mismo vino gente de allí porque su niña le pidió que la trajera después de ver las fotos en redes sociales, me siento orgullosa y feliz de poder brindar esta alegría a los niños. Mientras ellos sean felices, yo también lo seré. Es un orgullo para mí”, agregó.
Además de las luces que iluminan su hogar, Maritza destaca la presencia de los adorables figura que tanto atraen a los más pequeños.
“Me gusta más los monitos porque son más llamativos para los niños. Pretendo el próximo año agregar más cositas y, quien sabe, tal vez cerrar la calle para una actividad especial. Sería genial, aunque sé que coordinar eso con todos puede ser complicado”, indicó.
Maritza hizo un llamado a la comunidad para celebrar la Navidad, no necesariamente con tantas luces, sino con el objetivo principal de incentivar el espíritu navideño en los más jóvenes. “No comencé con muchas luces, solo con un par, pero lo importante es que los niños se sientan con el espíritu navideño”, destacó.
Las luces en la casa se encienden entre las 21:00 y las 00:30 horas, un horario pensado para que tanto niños como adultos puedan disfrutar del espectáculo.
“Dejo la puerta abierta para que vengan, se tomen fotos y disfruten. Quiero que todos se sientan felices en esta temporada”, concluyó Maritza.
En este rincón especial de Los Ángeles, Maritza Leiva Velázquez demuestra que la Navidad es un momento para compartir, alegrar corazones y construir recuerdos que perduran en la memoria de quienes tienen la fortuna de disfrutar de su generosidad y espíritu festivo.
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