La ciencia y específicamente la astronomía, son materias que pocas veces hablamos. Lo más cercano que tenemos es cuando recorremos un campo por la noche y observamos el cielo, sus estrellas o vemos pasar algún satélite. Hasta ahí llega nuestro conocimiento. Y es que la complejidad del tema versus la poca capacidad que tenemos los ciudadanos comunes de entender su contenido, nos mantienen al margen de un sector que se ha desarrollado cada vez más y que también ha formado parte relevante del salto tecnológico en los implementos o dispositivos que usamos en el día a día, como por ejemplo el microondas.

De esta manera, cuando nos hablan de la astronomía en Chile, sólo tenemos nociones básicas, como por ejemplo, que en las tierras del norte del país se despliegan los principales observatorios y estudios en la materia, pero pocas veces profundizamos en ello y peor aún, no conocemos a mucha gente dedicada a esto.

Sin embargo, la historia de Diego Calderón Espinoza, es muy distinta a la nuestra. Con sólo 28 años, es licenciado en astronomía, magíster en astrofísica y esta semana defendió su doctorado en la misma materia donde obtuvo un 7,0 en una impecable presentación.

Su nivel de conocimiento, lo llevaron a ser seleccionado entre decenas de científicos de diversas partes del planeta, para trabajar en una de las más prestigiosas universidades de Europa, la Univerzita Karlova de Praga. En ese lugar desarrollará una investigación con importantes expertos de varios países, con el objetivo de entender todo lo que ocurre cuando muere una estrella. Su trabajo consistirá principalmente en realizar cálculos que le permitan construir un modelo para entender este proceso.

El Contraste, conversó distendidamente con esta eminencia angelina, que a diferencia de lo que se piensa, no es un octogenario, no tiene canas ni una barba pronunciada, si no que un joven como cualquier otro, pero con una mente totalmente envidiable y que llegó a esta profesión, casi por accidente.

Diego Calderón, es ex alumno del Liceo Alemán del Verbo Divino de Los Ángeles.

¿Cómo llegaste a estudiar una carrera tan específica y compleja como la astronomía?

Lo que pasa es que cuando salí de cuarto medio en el Liceo Alemán, no tenía muy claro qué estudiar, porque la idea era que yo fuera a la universidad. Mis papás son universitarios y querían que yo fuera, por tanto, este era el siguiente paso lógico. 

Me iba súper bien en el colegio, entonces, cuando eso ocurre, generalmente te dicen ya, que estudie medicina o como era bueno para las matemáticas, que estudie ingeniería. 

En general, la idea de ir a la universidad es estudiar una carrera tradicional para ganar bien y vivir tranquilo; pero, personalmente, el dinero nunca ha sido prioridad, sino otras cosas. Me gustaban las matemáticas y la física, así es que pensé estudiar alguna licenciatura y, además tenía ganas de irme a Concepción por cercanía con la familia. Ahí vi que existía licenciatura en astronomía y era bastante parecida a licenciatura en física y, como me causaba mucha curiosidad el espacio y el universo y dije, ya, me voy a meter a esto y si no me gusta me voy a cambiar a física. 

¿O sea que ingresaste sin saber mucho de qué se trataba?

Así es, sin saber tanto. Igual hablé con profesores para ver lo que involucra logísticamente, cuántos años de estudio, los sueldos a los que podía aspirar.

Y ese análisis ¿qué te dijo?

Con ese análisis me dije «ya, voy a estudiar eso» y entré a estudiar a la Universidad de Concepción. 

En el transcurso de tu carrera y cuando entendiste todo el proceso ¿te gustó?

La materia que estudiaba sí me gustaba. A mí la verdad me gusta mucho ser estudiante. Si me preguntan qué es lo que hago en el día, para mí es jugar todo el día, porque leo artículos, hago cálculos y eso me agrada.

Entonces eres lo que se denomina un mateo…

La verdad, podríamos decir que sí, porque me entretiene esto. Voy a charlas, conferencias. Mi trabajo es monótono en la práctica; pero en el contenido, no lo es para nada.

Y entonces, ¿qué es para ti la astronomía hoy?

La astronomía es la ciencia que busca entender el universo, particularmente las cosas fuera de la tierra: estrellas, galaxias, entre otras cosas y los procesos físicos que pasan. Todo eso se hace mediante observaciones y cálculos en computador o cálculo a mano y análisis mediante los observatorios astronómicos donde Chile tiene una ventaja insuperable en términos geográficos por la limpieza de los cielos del norte, en las regiones de Antofagasta y Coquimbo. En el caso particular de nuestro país, la astronomía es una ventana para que nuestro país llegue al desarrollo científico que tanta falta le hace.

Es decir que, pese a ser una ciencia silenciosa, ¿puede ser un motor de cambio?

No creo que silenciosa, yo siento que en astronomía, toda la gente que está involucrada en el mundo sabe de Chile. Los investigadores que hacen biología o física a lo mejor no saben tanto de nuestro país; pero los astrónomos, ellos saben que Chile es importante.
Sin duda, la astronomía puede ser un motor de cambio; ya que a través de ella podemos empujar el desarrollo de la ciencia en general y eso sí trae beneficios al país.

Y ¿aspiran a llegar acá?

No necesariamente, porque los observatorios que están aquí no son Chilenos. Chile lo único que tiene es un acuerdo donde les presta la tierra y permite que las cosas que traen para construir los observatorios no paguen impuestos y a cambio el país accede al 10% de todo el tiempo de observación que tienen al año. Es decir, el año tiene 365 días y Chile tiene derecho al 10%, supongamos que hay 60 noches nubladas, quedan 300 noches, que se traducen en 30 noches al año de todos los observatorios que hay, donde los astrónomos e instituciones del país, pueden tener acceso y eso, es un recurso súper valioso. Si uno quisiera pagar por ese servicio, sería totalmente inalcanzable.

¿Consideras que Chile es potencia astronómica?

A ver, no me acuerdo de los números exactos, pero en un par de décadas, Chile va a albergar los telescopios más poderosos del mundo. Eso es un hecho, hay proyectos que se están construyendo, por ejemplo, el telescopio más grande del mundo en el norte, que va a tener un espejo – que así se mide el tamaño – de 42 metros de diámetro y será el más grande jamás construido. Si no me equivoco, el más grande, actualmente, que está operando tiene como 10 metros y está en las Islas Canarias. El de Chile será 4 veces más grande.

¿O sea que va a ser apetecido por la ciencia?

Sí. Hay mucha especulación de las cosas que podría encontrar. Sin duda, va a descubrir cosas, porque los telescopios que ya hay acá, que manejan los europeos, que tienen cuatro telescopios en el norte que son de 8 metros de diámetros hacen maravillas, por lo tanto, uno espera que haya mucho más impacto con otros más grandes.

Y ¿para qué se hace todo esto? ¿Cuáles son los objetivos que puede tener?

Yo creo que hay hartos objetivos. El primero, y bastante egoísta quizás, es porque es entretenido y es interesante. Yo creo que todos tienen alguna vez conversaciones acerca de si hay vida en el universo y sería interesante saber sí o no, y aún no lo sabemos. Segundo, porque es una forma de empujar al desarrollo de la tecnología. Por ejemplo, mediante el desarrollo de poner al hombre en la luna o artefactos en la superficie de marte o en un asteroide, se ha desarrollado tecnología que ha permitido hacer computadores, celulares y cámaras mejores. Hoy en día todos están en Facebook o Instagram, sin embargo, nadie piensa mucho que para que esto sea posible ha habido mucha investigación detrás y quizás, inicialmente, con otros propósitos. Y, por último, existe la posibilidad que en un futuro, quién sabe, gente quiera dejar el planeta o se acaben los recursos naturales, pero eso es bastante especulativo, parece casi conspiracional.

Bueno precisamente tu rubro, por ser tan desconocido, está rodeado de muchos mitos…

Sí, en general, es fácil especular si no se sabe del tema. 

Dicen por ejemplo que hay astrónomos que saben cosas pero no las quieren o pueden contar…

No, pero algo hay que dejar en claro. Si es un científico, jamás te va a asegurar algo a cabalidad, porque siempre hay dudas. Los cálculos siempre están asociados a errores, por lo tanto, si viene una persona a asegurarte que esto u otro va a suceder y que va a ser así, sin dejar espacio para una pequeña duda, no tiene rigurosidad científica.

Y estos trabajos científicos, ¿qué aplicación puede tener para un «ciudadano comun»?

La respuesta es que al corto plazo no tiene una aplicación directa. Si le preguntaban al ciudadano común americano cuando ellos enviaron astronautas a la luna, cómo va a cambiar mi vida, no lo sabían. Bueno, era un contexto diferente por la guerra fría y era una carrera científica con la Unión Soviética. Pero, si vemos hoy en día las cosas que se han generado gracias a la tecnología que se desarrolló y los cálculos que se hicieron en ese tiempo, por ejemplo, la comida instantánea, los pañales para adultos o el microondas, son cosas que nosotros usamos hoy en día y la gente que investigó los procesos, tanto tecnológicos como científicos para poner a alguien en la luna, jamás pensó que iban a ser de utilidad para el día a día.

En este momento, yo no sé si lo que estoy haciendo va a tener una utilidad para el ciudadano común, pero en el futuro, puede que alguien agarre mis ideas, un ingeniero o alguien más aplicado y diga “vamos a usar los cálculos que hizo esta persona para desarrollar algún objeto que le sirva para mejorar la calidad de vida a las personas en su día a día”. 

Para llegar a este nivel de estudios y análisis, se requieren más de diez años de estudio. En tu caso y el de tus compañeros, ¿cómo solventan lo largo de la carrera y además sus propias vidas en el proceso?

Es una buena pregunta. A ver, durante los estudios universitarios – hablaré sólo de Chile, porque en otros lados no es así – cuando estás en la licenciatura de cuatro años, tienes que pagarla, a menos que tengas gratuitad universitaria o una beca. Si no, tienes que pagarlo tú o tu familia. Después de eso, cuando postulas a un posgrado, por lo menos en astronomía, la verdad es que pagas muy poco, digamos el 10% del arancel, pero la universidad o el instituto de astronomía, te da dinero para vivir, que va desde 1,5 veces el sueldo mínimo, hasta unos 600 mil pesos.

Y eso ¿a cambio de qué?

Bueno, tienes que rendir en tu programa. Tienes clases y también tienes que hacer investigación y esta última es bajo la tutela de un profesor. Entonces la idea es que esa investigación después se convierta en artículo científico que se publique en revistas internacionales y eso permite a las universidades acreditarse, muchos beneficios y currículum para la universidad y para todos en realidad.

Ahora estás en un doctorado en Astrofísica, ¿cómo ha sido ese proceso?

Este es mi quinto año y voy a defender mi tesis la primera semana de septiembre y antes de terminar este último año, hice postulaciones a trabajos en el extranjero, principalmente. Quería salir de Chile, porque en la carrera científica es súper importante la colaboración y hacerlo con gente que ojalá no conozcas, para hacer redes de contacto como en cualquier otro trabajo. Yo postulé a varios y me salió la oportunidad de irme a República Checa (o Chequia) a su capital Praga, a la Univerzita Karlova y allá voy a trabajar como un investigador bajo el alero de un profesor, que me contrató para un proyecto específico.

Y ¿cómo está el desarrollo de tu profesion en un país como ese?

En el caso de la Astronomía, Chile no tiene nada que envidiarle en los términos de preparación, desarrollo y habilidades a otras naciones, si la persona que estudia tiene las capacidades y la disposición a aprender y hacer trabajos. Yo competí con gente de todo el mundo para este trabajo y me lo dieron a mí.

Yo soy bastante promedio dentro de los científicos. O sea uno dice, típico que son mateos, pero dentro de los mateos hay más mateos y yo soy bastante promedio en ese sentido, por lo tanto, hay que esforzarse. Es harto trabajo. En el país, si te esfuerzas, tienes todas las herramientas para competir en el extranjero. Hay gente que estudió en Chile, se fue a estudiar afuera y terminó trabajando en otro país. 

Y ¿qué dicen tus papás? Tu nos contabas que ellos esperaban al principio que estudiaras algo tradicional y ahora estas a punto de irte al extranjero a hacer investigación, ¿qué piensan ahora?

Es que no es que ellos hayan querido que estudiara una carrera tradicional, quizás lo dije mal, lo que me refería es que es lo normal que alguien espera, que sus hijos vayan a la universidad, porque no saben que existe esto. Pero a medida que ha pasado el tiempo, se han dado cuenta en lo que me metí (ríe). Me ven feliz y ellos están contentos.

Pero ahora te vas y en tu profesión, nunca se sabe si vas a volver…

Exactamente. Pero no descarto ninguna posibilidad. Depende como me vaya ahora.

¿Qué opinión tienes de los científicos más «faranduleros» que han aparecido en televisión o en los medios? ¿Ayudan a la ciencia?

Yo creo que está súper bien, es muy bueno que la gente sepa de la labor científica y que también hay gente, que aunque sea poca, tiene estos trabajos que son menos convencionales o tradicionales y que también son importantes. No olvidemos que parte de los recursos que se están invirtiendo en los impuestos que pagan todas las personas, se van al desarrollo de la ciencia.

Chile en comparación con otros países de igual o más desarrollo, tiene muy baja inversión en ciencia, pero igual es plata de todos y se está invirtiendo en formar científicos, generar investigación, por lo que estos personajes que aparecen más en los medios de comunicación, dan a conocer a la gente el por qué la ciencia es importante, qué cosas podemos obtener con la ciencia.

Es importante que algunos niños sueñen con ser atronamos, físicos, biólogos, doctores y que puedan encontrar la cura a enfermedades u otras cosas. Me parece súper positiva la labor que hacen estos científicos que tienen más contacto con los medios, porque acercan la ciencia a la gente, porque nosotros escribimos artículos para los expertos, pero el puente que tiene que haber entre la comunidad científica y el público general, es crucial.

Para terminar, ¿Qué es para ti el universo?

Es todo lo que existe, no necesariamente lo que podemos observar. Es el todo. El volumen vacío, estrellas, gas, asteroides, objetos exóticos como agujeros negros.

Para mí es parte de la naturaleza. Por ejemplo, para mí es muy enriquecedor cuando uno va a hacer una caminata camino a Antuco, va al Velo de la novia o va a la Laguna del Laja. Es bonito contemplar la naturaleza, ver los árboles y las montañas nevadas. Estudiar el universo es bastante parecido, y eso es bonito, una experiencia única. Hay gente que le gusta ir de excursión, a los astrónomos nos gusta mirar y estudiar el cielo, esa es nuestra naturaleza. 

Defensa de doctorado de Diego Calderón

Posted by Instituto de Astrofísica UC on Tuesday, September 3, 2019