Luego que este sábado la Seremi de Salud del Biobío confirmara el inicio de un sumario contra la cocinería Génesis de la Vega Techada por estar atendiendo público en el local, la dueña, Raquel Parra junto a su hijo Pedro Cabezas entragaron su testimonio a El Contraste con las razones que la llevaron a tomar esta decisión, que están enfocadas netamente en lo económico.

La mujer comenzó relatando que «la verdad no le voy a mentir, porque yo se que estuve actuando mal, pero la necesidad que tengo yo, me hace hacer esto».

«Imagínese, yo aquí pago arriendo, pago luz, pago agua, pago personal, y si yo no trabajo de dónde voy a sacar dinero. Yo no soy dueña de acá. Están diciendo que trabajemos de delivery, para afuera, pero nadie compra comida para afuera en la vega, porque aquí la mayoría de la gente, es del campo, vienen de pasada y no van a estar comiéndose un plato de comida en la calle o los pasillos, parados por ahí», aseguró.

Expuso que en su negocio «somos 3 personas, yo soy la dueña, y tengo dos niñas que me ayudan, pero salen ellas a entregar comida para afuera, pero como le digo, para afuera no se vende, nadie compra».

La llegada de fiscalizadores del Minsal

Durante este sábado, personal de la autoridad sanitaria descubrió que cerca de 10 personas se encontraban sentadas en las mesas del restaurant, razón por la cual iniciaron un sumario sanitario, exigieron una sanitización y ahora arriesgan una millonaria multa que puede llegar a los 2.5 millones de pesos.

El hijo, Pedro, sostuvo que «lamentablemente tampoco se puede seguir trabajando de la forma que estábamos ahora, pero a parte de eso, solución, no nos dan nada y al final quedamos de brazos cruzados, como esta la mayoría de la gente».

El hombre contó que han trabajando de cerca con todos los protocolos, pero que es imposible retener a los clientes y las autoridades pese a su rol activo en el lugar, no ofrecen soluciones para abordar la crisis.

«La sanitización la hacen siempre acá. La municipalidad, se ha preocupado mucho de eso, de los pasillos, de los locales, pasan fumigando periódicamente el personal, con amonio cuaternario. Esas son las medidas que han tomado para ayudarnos en algo», indicó.

Sobre la llegada de las autoridades, añadió que «no se si habrá sido mala suerte, o no se realmente, la verdad por lo que hemos escuchado, llamaron directamente a Carabineros, informando con nombre y apellido, que la señora estaba vendiendo almuerzo, en el sector todos sabes que nosotros estamos trabajando igual que todos en la misma, estamos con la misma necesidad y la urgencia de trabajar. Por decir acá mi mama lleva 30 años trabajando y yo llevo aquí desde los 18, salí del colegió y estoy acá, tengo 28 ya, imagínate, toda una vida dedicándose a esto.

TRABAJAR EN PANDEMIA

Pedro Cabezas comentó que «desde que partió la pandemia, nosotros nos asustamos un montón, incluso antes que aquí en Los Ángeles hubieran casos o contagios, ya  que nos dimos cuenta de lo que se aproximaba, y era un escenario complicado, ya que no sabíamos como enfrentarlo, porque tampoco en la casa no estábamos preparados y tenemos gastos que ahora no sabemos cómo enfrentar».

La madre agregó que «es como cuando viene un terremoto, nadie sabe cuándo viene y las consecuencias, entonces, esto es una cosa parecida».

«Aquí nosotros trabajamos el día a día, sino trabajamos no tenemos dinero. Acá yo hace treinta años más o menos que trabajo en este lugar, pero yo arriendo acá, esto no es mío», aseveró.

Además, Raquel contó que «lo otro es que yo tenia cinco niñas que trabajaban conmigo, esas cinco niñas quedaron sin trabajo, entonces, dígame, ellas vivían de lo que trabajaban acá, y ahora ellas están sin trabajo. Incluso vienen aquí, me dicen ‘señora Raquel, por qué no me da trabajo’ y yo con el dolor de mi corazón no puedo, ya que no me da para pagar tantos sueldos».

Finalmente, señalaron que estuvieron marzo, abril y mayo cerrados ante el temor de un contagio debido al brote y ahora, aseguran que ahora cumplirán las medidas, pero al igual que muchos chilenos, están buscando la manera de salir adelante.

«Lamentablemente yo no recibo bono, ya que con el simple hecho de tener declaración de IVA y todo eso quedo fuera. Nadie me ayuda en nada, yo salgo adelante sola», aseguró.

«Yo me quede estos meses en la casa, mis hijos me ayudaban, ellos se portaron muy bien conmigo, me llevaban alimento, pero ellos no me pueden pagar las cosas básicas, el agua la luz para siempre, ya que ellos también tienen sus responsabilidades, son dueños de casa, jefes de hogar, tienen sus familias, y no les puedo exigir a ellos, entonces mi fuente de trabajo es esta y no puedo dejar de generar dinero para mis gastos», concluyó.