Este 12 de mayo será un día de fiesta para todas y todos aquellos que hemos decidido portar el uniforme azul y entregar nuestras vidas al servicio y el cuidado de la salud de la sociedad. Me refiero a las y los Enfermeros.
Este 12 de mayo, por convención del Consejo Internacional de Enfermería, se celebra el natalicio de aquella mujer que: En medio de la precariedad, insalubridad, la guerra y la muerte logró y sentó las bases para que la Enfermería alcanzara el reconocimiento y el estatus de ciencia de la salud y de profesión: Me refiero a Florence Nightingale, nacida un 12 de mayo de 1820 en Londres, Inglaterra.
Desde que fue inaugurada la primera Escuela de Enfermería en 1860 en Inglaterra, llegando hasta 1906 en nuestro país cuando se funda la primera Escuela de Enfermería no solo de Chile, sino que también de Sudamérica, muchos han sido los desafíos que se han tenido que enfrentar; aun cuando las condiciones no eras las propicias para desarrollarlas, como por ejemplo la apertura de las primeras unidades de maternidad y cuidados neonatológicos en nuestro país.
En los tiempos de hoy, esta pandemia nos ha demostrado que el pilar del sistema sanitario es enfermería, quienes evitaron su colapso junto a la colaboración de todo un equipo multidisciplinario.
Y no me refiero solo de los enfermeros clínicos, sino que también de aquellas que cumplieron funciones en la gestión hospitalaria y clínica, a los que trabajaron en la trazabilidad de casos y por, sobre todo, a los que se desempeñaron en la campaña de vacunación, logrando en tiempo récord la inmunización de la población; colocando a nuestro país dentro de las naciones con mayor porcentaje de inmunización.
Un gran y sentido reconocimiento a todas y todos aquellos que durante esta pandemia han pagado con su vida para poder salvar la vida de otros. Un abrazo fraterno a sus familiares.
Al día de hoy hemos sido testigos de cómo en medio de balaceras e incluso en contra de la agresión verbal y física del personal de sanitario, sigue estando al frente del cuidado de la salud de toda la sociedad, sin dar ningún paso atrás.
Muchos son los desafíos que nos quedan por enfrentar como lo son: Aumentar la dotación de enfermeros en los recintos hospitalarios, ya que Chile posee una tasa de 2,9 enfermeros por cada mil habitantes, muy lejos del resto de los países de la OCDE que están por sobre 6. También, se debe seguir trabajando para alcanzar mejores salarios, lograr mayor atribuciones y puestos estratégicos en la dirección de hospitales y estamentos gubernamentales. Seguir construyendo un estamento autónomo e independiente.
Otro desafío es el de garantizar a todo el personal sanitario el acceso a la atención y cuidados de la salud mental. Se ha corroborado que durante y post pandemia, han aumentando los casos de trastornos del sueño, alimenticios, ansiedad e incluso los niveles de depresión. Evitando de ese modo el acoso laboral e incluso el bullying, el cual ha desatado una triste cifra de colegas que han terminado trágicamente con sus vidas.
Otros desafíos son el aumentar la dotación de enfermeras y enfermeros dedicados a la investigación científica, Incentivar a la especialización y alcanzar doctorados.
Pero lo más importante es seguir construyendo un sistema de salud eficaz, empático, humano y por sobre todo digno para todos aquellos que en su vulnerabilidad acuden a los servicios sanitarios.
Si, muchos son los desafíos por los cuales se debe luchar, pero es que somos herederos del sacrificio, la innovación y los cuidados de salud de la ciudadanía.
Cuando la epidemia de Polio azotó al mundo, una práctica común era atar e inmovilizar a los pacientes hasta que, una enfermera (Elizabeth Kenny), descubrió que el movimiento y la terapia física tenían por lejos mejores resultados.
En los años 50, la ictericia era causa de mortalidad infantil hasta que, una enfermera, encontró que unas tres horas de exposición solar curaba esta condición, me refiero a la enfermera Jean Ward.
A comienzos de la epidemia de SIDA en Estados Unidos en 1983, la enfermedad se diseminaba y los pacientes fueron puestos en cuarentena siendo aislados, hasta que los enfermeros, desafiaron las convenciones y los abrazaron compasivamente.
Durante el brote de Ébola en Liberia durante el 2014, en medio de la pobreza absoluta, la enfermedad fue considerada demasiado contagiosa para ser tratada hasta que, una estudiante de enfermería, Fatu Kekula, usó lo que tenía a mano: Bolsas de residuos y cinta aisladora para protegerse a sí misma y así poder cuidar a otros.
La parálisis cerebral durante décadas, impidió a muchos pacientes tener la simple capacidad de hablar hasta que, una enfermera (Rebecca Koszalinski) les devolvió sus voces a través de una aplicación e instrumentos tecnológicos de última generación.
Hoy es el día para celebrar todo lo alcanzado desde Florence, recordar a quienes nos precedieron y por, sobre todo, seguir luchando para que esta ciencia y profesión crezca y sea más grande para ir en beneficio del cuidado de todas las personas.
Porque Enfermería es la hospitalidad del hospital. Porque Enfermería no es medicina de segunda, son cuidados de primera. Las Enfermeras/os cambian vidas, y eso cambia todo.
Feliz día de la Enfermería a todas las y los Enfermeros. Chile es una mesa para todos.
Francisco Muñoz Almendras
Ciudadano | Enfermero.
Columnista Diario El Contraste.
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