La Iglesia Catolica rechaza el matrimonio igualitario propuesto por el Presidente de la República, Sebastián Piñera, en su última Cuenta Pública.
Recordemos que la polémica medida ha sido catalogada por propios parlamentarios oficialistas como «un guiño a la izquierda extrema».
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Por medio de un comunicado, la Conferencia Episcopal, se refirió a los anuncios del mandatario. En primer lugar, dijeron que «nadie duda que Chile vive un tiempo complejo que exige lo mejor de cada uno de nosotros».
«La ciudadanía y sus representantes democráticamente electos están tomando importantes decisiones que marcarán el devenir de nuestra democracia», agregaron.
En este sentido, dijeron que la profunda crisis provocada por la pandemia, ha causado importantes consecuencias sociales, económicas y sociales. Lo anterior ha llevado a los chilenos en la más extrema precariedad, por lo que esperan que hayan ayudas que lleguen «a los más vulnerables».
«El Presidente de la República ha definido algunas prioridades para los últimos meses de su mandato. Entre ellas, anuncia su decisión de poner urgencia a la llamada ley de matrimonio igualitario», agregaron.
Sobre esto, fueron claros en su postura. «El matrimonio establecido y querido por Dios es sólo entre un varón y una mujer, comunión que gesta vida y fundamenta la familia», aseguraron.
Añadieron que «lo que la Iglesia católica enseña sobre esta materia es claro y conocido; ‘la vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador’”.
La Iglesia Católica rechaza la medida pero llama a respetar a los homosexuales
Citando a un compendio doctrinal, señalaron que «la familia es el lugar primario de relaciones interpersonales, célula primera y vital de la sociedad (…) nacida de la íntima comunión de vida y de amor conyugal fundada sobre el matrimonio entre un hombre y una mujer”.
Junto con ello, «el Papa Francisco ha ratificado esta enseñanza en su Exhortación Apostólica Amoris laetitia, afirmando que ‘no existe ningún fundamento para asimilar o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia’”.
Asimismo, aseguraron que «lo anterior, en ningún caso contradice la firme convicción de la Iglesia en cuanto a que “toda persona, independientemente de su tendencia sexual, ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto, procurando evitar todo signo de discriminación injusta” (AL, 250). Por lo demás, desde el punto de vista de los derechos de las personas que deciden vivir juntos, la legislación nacional ha establecido un régimen que ampara jurídicamente su decisión y le otorga un reconocimiento.
«Esperamos que estas palabras puedan ayudar al discernimiento de quienes ejercen la responsabilidad de legislar y de todas las personas que buscan el mayor bien para quienes vivimos en Chile», concluyeron.
