La suma de tantos en tan poco tiempo. De tantos que marcharon pacíficamente y de tantos violentamente. Otros tantos, rompiendo el ferrocarril al sur, ya lo hicieron en Arauco. Otros, de cuidado, promoviendo discursos que, movidos seguramente por el temor y una humildad mal concebida, comienzan a denunciar la necesidad de menos libertad, destacando en esto, que nuestro pueblo, no puede vivir en plena armonía con sus anhelos individuales. A lo mejor, sin darse cuenta, empeoran mas la crisis.
«La protesta generalizada, aquella que parte con esos $30 pesos del Metro en Santiago, ¿Por qué una ley para rebajarlo? ¿hubo otra para subirlo?»
Así es, el discurso de la desigualdad, (nombre surgido de la diversidad), ha sido recurrente. Y solo lo titulan, sin conocer su solución o, peor aun, destruyendo la naturaleza de las cosas.
En efecto, la desigualdad evidente de hoy, es aquella que surge de los ingresos públicos que tiene el mundo político, inmensamente desiguales al ámbito del trabajador privado. De esa herida, han confundido otras formas de administración de capitales y se lanza el discurso descalificador. Lo mismo con otras funciones que, exitosas en su administración, han sido base para el desarrollo de Chile, (Chile global, fondos previsionales, alimentos, otros), son mirados con recelo como si la inteligencia, fuese el mal mayor.
Cuidado entonces. La protesta generalizada, aquella que parte con esos $30 pesos del Metro en Santiago, ¿Por qué una ley para rebajarlo? ¿hubo otra para subirlo?, que tuvo un fundamento ya conocido en nuestra historia política, también con barricadas, incendios y robos, tuvo la confusión de los inmediatos días que siguieron.
Los jóvenes destructores del Metro, no elevaron mas protesta que su propia destrucción, Fueron otros, ajenos al movimiento, del ámbito político partidista, los que pusieron en tabla a las siempre recurridas AFP, tributos y otras pasiones. Los jóvenes, al revés por su lado, levantaron carteles en que manifestaban “Chile Despertó, no + abusos”, denuncia ésta, que fue mucho mas profunda que todo lo anterior.
Si, advertían sus sensaciones, surgidas del debate público. Habían oído que las platas previsionales, con las cuales supuestamente sus abuelos, vivirían para toda la vida, también conocido de otros que, en diversos ámbitos políticos, ubicaban a toda la familia en cargos públicos, otros ejemplos. También oyeron y esto con mas fuerza, que la cuasi farándula del Congreso, era financiada por todos, con sueldos millonarios, fabricados por esta democracia que ellos mismos no habían participado. “No mas abusos”.
Esto yo lo compro, es un buen pié para iniciar el verdadero debate, profundo, sincero, abierto, transparente. Si me hubiese dado cuenta que ese fue el fundamento principal de los jóvenes, yo también desfilo. Me interpreta, tanto, como me alejo de otros opinantes que pretenden desinflar las inteligencias que han generado una Nación destinada a cosas grandes como lo es Chile. Esto comienza. Hemos puesto los pies sobre la tierra firme. Todos fuimos empujados a esta realidad, “No mas abusos”. Yo lo aplaudo.