Y nada más. Solo fútbol. Pero eso es lo que la gente quiere ver. Atletismo, ¿para qué? Otras “disciplinas”, menos. ¿Un concierto?. Claro, tapamos la cancha con “cholguanes”. El pasto, acogotado, tendrá que aguantar no más. La Fifa lo aceptará todo.
Un estadio más en otro lugar del mundo, poniendo todas las reglas de mediciones, aforos, emplazamientos, y sin poner un peso, es un negocio redondo. Total, la eterna pelea del alcalde con alguien, (en este caso el Gobernador esta callado..), a la Fifa no le incumbe y menos ahora que su actual presidente, como sus antecesores, está acusado de ladrón, (corrupto les dicen ahora, mas elegantemente), y no le va a quitar el sueño un aforo de 5.000 fanáticos gritando, “¡Iberia Campeón!”, – la ilusión nunca se pierde.
Nuestro conocido Carlos Heller, un día de hace años, recogió a Iberia de las cenizas. Era un cadáver. Don Carlos Perelló, ya no daba más. Se ilusionó con el Iberia y en aquellos días de invierno, con lluvia y un frio que nadie aguanta, Carlos Heller, sentado en el estadio, alentaba a sus muchachos. Admirable. Después del partido, los esperaba y algo sudorosos, (las duchas nunca se destacaron el estadio municipal), los invitaba a una café en el Mall. Habían perdido, pero igual, se comieron todo lo que tuvieron a la vista. Ahí lo vi.
Luego Heller, vendió un terreno al frente de su Haras Don Alberto. Era un campo como cualquier otro pero el municipio se engolosinó. Esto de que los estadios del mundo están incorporados a las ciudades, sirvió de poco. Alguien descubrió que era mejor lejos de la ciudad para que la gente camine, haga deporte. Comenzó otro camino, el de su financiamiento. “Pedir la plata”, tiene por nombre tal gestión.
Aparecieron los parlamentarios, expertos en “pedir plata” y se firmó un compromiso por parte de los tres gobiernos, el Nacional, Regional y Comunal, los tres Poderes Verticales de nuestro país. Todo bien. 25 mil millones. Aforo de 12.000 espectadores. Carlos Heller estaba feliz, vendía en muy buen precio un potrero y le construían un estadio para su Iberia querida…y todo sin poner nada. Admirable. Hasta que aparecieron los monstruos de la noche. “No hay tanta plata”, fue la primera noticia.
El Ministro de Hacienda con esta pandemia y la consiguiente cesantía que ya supera el millón de trabajadores, (mismo número de migrantes en Chile), le queda corto el presupuesto y comienza la fiesta. Todos contra el gobierno. Surgen nombres, le echan la culpa a la Van Rysselberghe, (últimamente le echan la culpa de casi todo….solo la supera Piñera), los concejales, algo nerviosos, apoyan al alcalde, salvo la Yasna que pide prudencia. Surge un polideportivo para Paillihue como alternativa, peor, la discusión es mayor.
Me recuerda el aeropuerto que se reconstruyó y desaparecieron los aviones, esperamos que ahora no ocurra lo mismo con el Iberia. Esto comienza señores..!!!. Mas adelante veremos su desenlace. Oí un pitazo, no sé si era el inicio del partido o tiempo cumplido.
Mario Ríos Santander