Un reciente estudio de la Asociación Nacional de Medicina JAMA Network plantea que tras el inicio de la pandemia y la crisis económica, los síntomas de depresión en Estados Unidos se han triplicado, una realidad que en Chile aún no cuenta con estudios publicados, pero que mantiene alerta a los especialistas en salud mental.

De hecho, este año ha sido particularmente duro para las mujeres, ya que “se ha evidenciado el impacto del doble trabajo que han asumido con el homeoffice, afectando todos los ámbitos de su vida. Esto se sabe porque consultan más”, afirma el psiquiatra y magíster en epidemiología de la Fundación Neuropsiquiátrica de Santiago (Nepsis), Danilo Quiroz.  A ellas se suman los hombres en edad productiva, de entre 25 y 55 años, “a quienes les cuesta mucho pedir ayuda ante cuadros depresivos, lo que puede acercarlos a las adicciones o el suicidio”, destaca el médico.

Por eso, el especialista hace un llamado a conocer más de esta enfermedad que requiere acompañamiento médico, aclarar algunas creencias erróneas y así lograr tratar oportunamente a quienes la viven, evitando graves consecuencias en su vida. 

  1. Depresión no es lo mismo que ansiedad

“Un episodio depresivo mayor conlleva desde semanas a meses en que se evidencia un cambio de ánimo persistente hacia la tristeza o melancolía y la disminución de la capacidad de disfrutar, estados que la persona no es capaz de controlar”, indica el psiquiatra. Generalmente a esto se suman características como cambio de apetito, alteraciones de sueño, concentración y energía, junto a ideas negativas como culpa o muerte. A diferencia de lo anterior el doctor Quiroz aclara que la ansiedad es una emoción presente en la vida cotidiana, a la que es posible adaptarse y que destaca por el nerviosismo o inquietud frente a un hecho determinado o la preocupación excesiva por anticiparse a éste. Puede adquirir características patológicas cuando tiende a la fobia, como el miedo a salir en pandemia.  “El problema es cuando se sostiene en el tiempo y se exacerba, ya que podríamos estar ante una ansiedad generalizada, la que es difícil de controlar y conlleva malestar físico y/o estrés”, señala

2. La depresión y su tratamiento no son iguales a lo largo de la vida

De acuerdo al especialista, en los niños y adultos mayores, se da el mismo cuadro que en el resto de la población, pero generalmente difieren en cómo se expresa la depresión. En los menores la irritabilidad o la dificultad para disfrutar, junto con alteraciones de sueño y falta de concentración, pueden ser síntomas más comunes. En cambio, en la tercera edad es más complejo, ya que generalmente se detecta un mayor nivel de retraimiento y pensamientos melancólicos, pues las demás manifestaciones pueden ser comunes a otras condiciones de la edad.

“En cuanto a tratamientos no hay muchas diferencias entre adultos, sólo en el caso de mujeres en edad fértil, para evitar complicaciones en embarazos. Donde sí varía, es en niños y adolescentes, porque los antidepresivos no tienen la misma eficacia que en los mayores de edad”, señala el neurólogo.

3. Debe ser tratada por un especialista y no siempre se requiere medicación

Los episodios depresivos son “autolimitados”, pues duran entre dos semanas a meses, incluso años. “Como no hay seguridad de cuándo van a terminar, es mejor tratarlo a tiempo para aminorar los efectos de discapacidad o sufrimiento. Esto no significa necesariamente medicarse, de hecho, las depresiones leves pueden apoyarse en psicoterapia y ejercicio físico”, destaca. En cambio, los casos moderados a graves, requieren un tratamiento farmacológico estándar, que debiera extenderse entre seis meses y un año. Pero si vuelven a ocurrir, el doctor Quiroz recomienda extenderlo. 

Dado que los actuales tratamientos han demostrado efectividad, el especialista recomienda sumar otras alterativas complementarias que aseguran un mejor proceso, como intervenciones psicológicas, ejercicio físico y mindfulness. 

4. La depresión es un tema país

El episodio depresivo mayor es una condición que puede producir muchos costos, tanto a nivel personal, como de cara a la sociedad. Por eso se dice que es un problema de salud pública mundial, ya que afecta a gente en edad activa y disminuye muchísimo la productividad. 

“En Chile las tasas de suicidio rondan alrededor de 10 en 100 mil al año. Aunque no es un evento tan frecuente al comparar con el resto del mundo, siempre es una tragedia. Como la depresión es uno de los componentes que influye en esta decisión, la adecuada detección y tratamiento debieran ser imperativos de los sistemas de salud”, afirma el especialista.

5. La depresión no siempre implica licencia médica

“Ésta se da sólo a los pacientes que poseen una incapacidad o angustia asociada al trabajo. Hay casos de personas con condiciones psiquiátricas de mucha intensidad, que desean seguir en sus labores y otras con trastornos adaptativos o estrés, que tienes dificultad o discapacidad para permanecer en sus labores habituales”, explica el doctor Quiroz.

El médico explica además que puede haber varias razones por las que las personas se deprimen, pero “aún no existen exámenes para identificar las causas”. Pero como el actual contexto ha repercutido en asistencia a controles, los especialistas de salud mental han debido adaptarse para mantener el apoyo a sus pacientes, a través de consultas y recetas que han migrada hacia el mundo digital, facilitando el acceso a los tratamientos para que cada vez más personas logren salir adelante.