Ya está todo listo. Luego de tres meses de intenso trabajo, el Laboratorio de Virología Molecular del Instituto de Ciencias Biomédicas de la U. de Chile terminó la fase de ensayo y validación de un sistema altamente eficaz para detectar anticuerpos neutralizantes del SARS-CoV-2 en la sangre de personas convalecientes de COVID-19.

“Estuvimos tres meses con fondos del laboratorio y a veces hasta con fondos personales. No fue fácil, pero lo desarrollamos porque sabíamos que iba a ser necesario”, comentó Ricardo Soto-Rifo, científico a cargo del trabajo, sobre el esfuerzo que este trabajo significó.

El modelo –de momento único en Chile- utiliza un pseudotipo viral, basado en VIH y en la proteína spike de la superficie del coronavirus, que emula la entrada de este patógeno a la célula. “Está diseñado para que emita una luminiscencia que podemos cuantificar. Una de las grandes ventajas además es que lo pudimos miniaturizar para poder hacer detecciones en múltiples muestras a la vez”, explicó el investigador.

Sólo faltaría definir detalles logísticos para que a partir de esta semana comience el análisis de más de 1.000 muestras provenientes de la Fundación Arturo López Pérez (FALP). El ICBM de la U. de Chile desarrollará esta labor en el marco de un acuerdo de colaboración científica que determinará la presencia y cantidad de anticuerpos neutralizantes del virus, que son los que protegerían contra el patógeno, en pacientes en proceso de recuperación. “Uno puede generar anticuerpos, pero si ese anticuerpo no tiene la capacidad de interferir con la infección no sirve de mucho”, agrega el investigador de la Universidad de Chile sobre la importancia de esta etapa.

Esta tecnología permitirá apoyar los tratamientos experimentales con transferencia de plasma de pacientes en recuperación que actualmente desarrolla la FALP, particularmente para saber la cantidad de anticuerpos presentes en las muestras. “Esto es necesario porque la FDA tiene establecidos ciertos parámetros para los plasmas que se pueden usar o no en transferencia de plasma”, comenta Soto-Rifo. El servicio específico para detectar presencia de anticuerpos también fue solicitado por la Clínica Las Condes y la Clínica Santa María, instituciones que estudiarán las alternativas terapéuticas que ofrecen los anticuerpos presentes en la sangre de personas convalecientes de COVID-19.

Ricardo Soto-Rifo plantea que, si bien la efectividad de esta terapia de plasma convaleciente aún no ha sido comprobada en estudios controlados y en grandes cohortes de pacientes, “un paciente con títulos altos de anticuerpos neutralizantes significa que generó una buena inmunidad. La razón es incierta, por ahora, pero eso no significa necesariamente que ese plasma va a poder curar a una persona o disminuir la probabilidad de muerte. Es parte de lo que hay que estudiar en adelante. Por eso también es importante hacer seguimiento al plasma que se va a seleccionar para ver la evolución de la inmunidad en los donantes”.

Aclara, en este sentido, que el ICBM, no participa de ninguna decisión clínica asociada a estos tratamientos. “Solamente analizamos las muestras, y no tomamos decisiones sobre el reclutamiento de pacientes o sobre lo que se hace con los plasmas una vez analizados por nuestro laboratorio”.

Inmunidad y antivirales

El sistema, implementado junto a los estudiantes de doctorado, Sebastián Riquelme y Aaron Oyarzún, y la postdoctorante, Dra. Carolina Beltrán, apoyará también a distintos trabajos de investigación enfocados en la pandemia, entre los que destacan los estudios sobre inmunidad que recientemente se adjudicaron fondos para proyectos COVID-19 por parte de SOFOFA y ANID.

Uno de ellos es el proyecto “Caracterización de la inmunidad protectora en pacientes con COVID-19”, iniciativa conjunta de las facultades de Medicina y Ciencias de la Universidad de Chile, liderada por las profesoras Mercedes López, Fabiola Osorio y María Rosa Bono. Sobre la utilidad del sistema desarrollado por el ICBM en este ámbito, Ricardo Soto-Rifo explica a modo de ejemplo que “si se empieza a implementar una vacuna en Chile, una de las formas de ver si la vacuna genera inmunidad es con nuestro sistema, que es muy rápido y podría dar una primera pista para después hacer validaciones con el virus completo en un laboratorio de bioseguridad nivel 3”.

La tecnología también ha atraído el interés de algunas empresas interesadas en probar desinfectantes por su potencial para encontrar moléculas inhibidoras del virus. “Como el sistema emula específicamente la entrada del virus a la célula, podríamos evaluar si moléculas con potencial antiviral pueden interferir con el virus, porque básicamente lo que hace el anticuerpo neutralizante es unirse a la proteína de superficie, a esta proteína spike, e impedir que ésta reconozca al receptor ACE2 y permita que el virus entre a la célula. Uno podría eventualmente encontrar moléculas que destruyan el virus o que interfieran específicamente con el reconocimiento de la spike al receptor ACE2. La gracia de esto es que se aplica en un formato miniaturizado, con un screening de alto rendimiento, es decir, se pueden probar muchas moléculas a la vez”.

El ICBM realiza exámenes de test PCR desde marzo y está 100 por ciento dedicado a trabajar exclusivamente en coronavirus por los próximos meses. El Laboratorio de Virología Molecular de esta unidad continuará trabajando por al menos seis meses en colaboración con la FALP, “pero podrá extenderse en función de las necesidades frente a la pandemia y a los distintos proyectos con los que se está colaborando”, señala.