En pleno corazón de Los Ángeles, en el Paseo Arte y Emprende de la Avenida Ricardo Vicuña, un pequeño pero acogedor local se ha convertido en un refugio para quienes buscan bienestar y conexión con la medicina natural. Se trata de “La Curandera”, un emprendimiento fundado por Katerine Fonseca, quien instaló este espacio en 2023 como un homenaje a las mujeres que han sanado con plantas desde tiempos ancestrales.
“La idea nace desde mi propia esencia”, comenta Katerine, dueña del local ubicado en el número 5 del paseo. “La Curandera es más que un negocio, es un homenaje a nuestras abuelas yerbateras y a todas las mujeres que alguna vez cuidaron con plantas. Queremos rescatar esa sabiduría y llevarla a las personas a través de nuestras infusiones y productos locales”.
Antes de establecerse en este punto, Katerine recorrió ferias artesanales en comunas como Yumbel, Mulchén y Nacimiento, llevando sus productos y conocimiento a distintos rincones de la región. “Este último año ha sido muy gratificante, porque pasamos de andar en ferias a tener nuestro propio espacio. Aquí estamos más tranquilos, con todas nuestras variedades de productos a la vista y en un lugar fijo donde los clientes pueden encontrarnos”.
El enfoque de “La Curandera” es claro: productos naturales enfocados en el bienestar. Desde infusiones con propiedades antiinflamatorias, como la carminativa, hasta hierbas ancestrales como la paramela del Alto Biobío, el catálogo busca rescatar tradiciones y adaptarlas a la vida moderna. “También ofrecemos café de trigo, que se ha usado por generaciones. Nuestros abuelos lo consumían, y nosotros lo ofrecemos con toques distintos: con higo, menta, cacao, maqui… son combinaciones que mantienen lo tradicional pero con un giro actual”, explica.


Local especial en pleno centro de Los Ángeles
Además de las infusiones, el local ofrece endulzantes naturales como miel local, azúcar de coco y stevia en hoja. Los clientes también pueden encontrar hierbas y tés a granel, con un enfoque en el consumo responsable. “Incentivamos el reciclaje. Las personas pueden traer su frasco o bolsita, nosotros pesamos lo que quieran llevar y así evitamos envases innecesarios”, agrega Katerine.
En cuanto a los precios, las infusiones en formato de 50 gramos cuestan $5.000, mientras que los cafés pequeños están disponibles desde $2.000. También hay una gran variedad de accesorios para preparar infusiones: teteras de vidrio borosilicato —aptas para ir directamente al fuego—, cafeteras, mates, tazas y otros elementos. “Trabajamos con artesanas de Nacimiento que elaboran mates con greda y cerámica, combinando técnicas tradicionales y modernas. Nos interesa mucho apoyar también a los artesanos locales”, señala con orgullo.
Con atención personalizada, el local funciona de lunes a viernes de 10:00 a 18:00 horas, y los sábados de 10:00 a 14:00. “Aquí no solo vendemos productos, entregamos una experiencia. Escuchamos lo que necesita cada persona y les orientamos con cariño. Queremos que quienes vengan se sientan cuidados”, finaliza Katerine, invitando a la comunidad a visitar este espacio lleno de aroma a hierbas, memoria y sanación.
“La Curandera” es, sin duda, un rincón que honra la tierra, la tradición y el poder curativo de lo natural. Una iniciativa que florece con raíces profundas en la historia y el corazón del Biobío.

Revisa más noticias nacionales y la contingencia de Los Ángeles, Región del Biobío, en El Contraste. Síguenos también a través de Facebook para mantenerte al tanto de lo que está pasando.